tag:blogger.com,1999:blog-6849159511666847632014-01-24T01:36:56.356-03:00Por el wingRoberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.comBlogger74125tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-20504992569075539752014-01-24T01:36:00.000-03:002014-01-24T01:36:56.372-03:00Caso Souto<span style="background-color: white; line-height: 18px;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://www.augol.com/index.php/futbol/297-el-juego-de-la-muerte" target="_blank">El ruido de las pedradas en los techos de chapas de zinc. El retumbar en los galpones y las fábricas. El anochecer de verano. El viejo puente Avellaneda. El Riachuelo. Las persianas de los conventillos que se bajan. Un tiro. Daniel recibió el impacto de una bala calibre 38 en la zona izquierda del tórax. Cayó frente al balcón de una finca, al 916 de Olavarría. “Señora, estoy herido”, le masculló a María Mercedes de Chumba, la vecina que espiaba por la ventana. Apretó el cigarrillo Conway que fumaba entre los dedos hasta que llegó la autobomba que lo trasladó. A la 1.30 del miércoles 4 de diciembre falleció en el hospital Argerich. El jueves fue el velatorio. Se hizo cargo Racing: 1105 australes. El viernes 5, el día que cumplió 51 años, su padre lo enterró en el cementerio de Ezpeleta. “Esta es la parte más triste de la vida -dice-. No existió mi cumpleaños. O sea que tengo un año menos, me lo saco”. Se juró que iba a luchar para que eso no sucediese más.</a></span></span>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-69149742709650745112014-01-14T22:25:00.000-03:002014-01-14T22:46:31.412-03:00Si no, amor, nada<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"Tuve momentos buenos, tuvimos momentos buenos, y ahora voy a tener que empezar otra vez a los sesenta y pico. Sola. Mi memoria y yo. Algunos versos sueltos en mi memoria, leer va a ayudarme, también recuerdo partes de esta Biblia. <i>Y por más que tenga el don de la profecía, y hable la lengua de los hombres y de los ángeles, y conozca todos los misterios, toda la ciencia, y tenga toda la fe de manera que sea capaz de mover montañas, si no tengo amor no soy nada.</i> Cada tanto, repito y repito esas palabras de San Pablo, muchas veces. <i>Si no tengo amor no soy nada.</i> Y después viene que somos amor, y después viene que el amor, al menos el verdadero, no se acaba nunca, y después viene, sin duda, que nosotros tampoco nos acabaremos nunca. Ésa es tu verdad, María, y escuchala con atención porque en estos días también se va a nublar tu mente, te vas a poblar de sombras, vas a sentir que no es justo y tentarte y tentarlos a todos pero jamás, ni una vez, este amor debe siquiera sumergirse en el barro. Este amor es más grande y más importante que cualquier duda, y toda esta vida se encaminará otra vez".</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span><div style="text-align: right;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><i>En cinco minutos levántate María</i>, Pablo Ramos, Alfaguara, 2010</span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/5gBEvxpxuP0" width="420"></iframe></span></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-67426294851941556852013-12-20T23:29:00.002-03:002013-12-20T23:36:42.580-03:00El pase<a href="http://1.bp.blogspot.com/-fo1dYsZ2oCo/UrT9CAhtDyI/AAAAAAAAA6g/bwE1gLtwO0I/s1600/r10.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: right;"><img border="0" height="132" src="http://1.bp.blogspot.com/-fo1dYsZ2oCo/UrT9CAhtDyI/AAAAAAAAA6g/bwE1gLtwO0I/s200/r10.jpg" width="200" /></a><span style="background-color: white; line-height: 19px;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"A mi hermano le gusta mucho el fútbol, y cada vez que termina el partido hablo mucho con él. Vemos el fútbol bastante parecido. Por ejemplo, él se enojó conmigo porque le di <a href="http://www.ole.com.ar/boca-juniors/Escalante-convierte-exquisito-pase-Riquelme_3_1002529742.html" target="_blank"><b>el pase a Escalante</b></a>, y él me decía que la tenía que seguir yo y pegarle al arco. Sé que tomo decisiones equivocadas, pero si mis compañeros están en una mejor posición debo pasarles la pelota. Él se enoja porque yo disfruto más del pase para que el delantero haga el gol". </span></span><b style="background-color: white; line-height: 19px; text-align: right;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Juan Román Riquelme</span></b>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-39155326063089870822013-12-07T01:19:00.001-03:002013-12-07T01:30:42.837-03:00Nocaut<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">“No es una mala sensación cuando te noquean. Es una buena sensación, en realidad. No duele, es tan sólo un mareo muy agudo. No ves ángeles ni estrellitas: estás en una nube agradable. Cuando Liston me asentó el guante en Nevada sentí durante cuatro o cinco segundos que todo el público estaba ahí en el cuadrilátero conmigo, que me rodeaban como una familia, y tú sientes afecto por todo el público presente cuando te noquean. Sientes que todos se encariñan contigo. Y quieres estirarte para besar a todo el mundo, hombres y mujeres, y después de la pelea con Liston alguien me contó que yo en efecto le lancé un beso desde el ring al público. Yo no me acuerdo. Pero creo que es verdad porque eso es lo que sientes durante cuatro o cinco minutos después del nocaut. </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Pero luego, esa plácida sensación te abandona. Caes en la cuenta de dónde estás y qué haces ahí y lo que te acaba de pasar. Y lo que sigue es una herida, una herida confusa, no una herida física, es una herida combinada con rabia; es la herida de qué va a pensar la gente; es la herida de que estoy avergonzado de mi propia aptitud…, y lo único que quieres es una trampa en mitad de la lona..., una trampa que se abra y te caigas por ella y aterrices en tu propio camerino en lugar de tener que salir del ring y dar la cara ante toda esa gente. Lo peor de perder es tener que salir caminando del ring y dar la cara ante esa gente”.</span><br /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span><div style="text-align: right;"><b><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Floyd Patterson</span></b><br /><span style="font-family: Times, Times New Roman, serif;"><i><a href="http://thestacks.deadspin.com/the-loser-the-most-honest-sports-story-ever-written-772260237" target="_blank">El perdedor</a></i>, <span style="background-color: white; line-height: 1.3em;">Gay Talese, <i>Esquire</i></span><span style="background-color: white; line-height: 1.3em;">, 1964</span></span><br /><div class="post-body entry-content" id="post-body-3520742425689867556" itemprop="description articleBody" style="background-color: white; font-family: Georgia, Times, serif; font-size: 13px; line-height: 1.3em; margin: 0px 0px 0.75em; text-align: left;"><div style="clear: both; line-height: 1.3em; margin: 0px 0px 0.75em;"></div></div><div class="post-footer" style="background-color: white; font-family: Georgia, Times, serif; font-size: 11px; line-height: 1.3em; margin: 0px 0px 0.75em; text-align: left;"></div></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-45507567149311830792013-11-20T23:21:00.000-03:002013-12-07T01:21:54.607-03:00<div style="text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="300</p><p>" src="//www.youtube.com/embed/mLBsT7QjnpU" width="450"></iframe><br /><div style="text-align: left;"><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; line-height: 18px;"><br /></span><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">G. I. estaba sentado en la última fila del 166. Desde ahí escuchó cómo un pibe -voz aflautada, medias con bermuda, cara chillona- empezaba a gritar en el centro del colectivo. Algunas cabezas le obstruían la visión.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">-¡Bajo acá! ¡Toqué el timbre, bajo acá! ¡Daleee, dale, abrime, bajo acá! ¡Daleee, abrime la puerta!</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">El padre de G. I., un tano furioso que nunca entibió el alma con canciones de Erica Mou, había trabajado veinticinco años de chofer en la línea 238, allá en el oeste conurbano; de colectivero, como decían. “Vos no te podés quejar -lo había boludeado una vez un arquitecto-, manejás un Mercedes Benz todos los días”. El pibe corrió hacia la puerta delantera y, mientras buscaba complicidad con los demás pasajeros, veía que el punto en el que tenía que bajarse se achicaba en el horizonte.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">-¡Dale, loco, que te cuesta! ¡Abrimeee, hijo de puta, dale!</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">Sólo llegó a aclararle en un mensaje unívoco, los ojos cubiertos de gafas para protegerse del sol de Juan B. Justo, que no podía frenar ahí -el bondi avanzaba por la cinta asfáltica del metrobus- porque le podían hacer una multa. De bronca, y con los oídos supurados de la mierda que le gritaba el pibe, ahora a quemarropa, al lado, pasó de largo en la estación Pueyrredón, quizá para hacérsela caber.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">-¡Hijo de putaaa! ¡Abrime, qué te cuesta, hijo de putaaa!</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">A G. I. se le dibujaba la mañana en la que se levantó y su madre le dijo que a papá un borracho lo había bañado en cerveza por la plaza de Ituzaingó, y que por eso estaba en casa temprano, como los sábados, que traía facturas para mojar en el café y lo llevaba a la tarde a jugar al club Argentino.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">Frenó en la siguiente estación: Murillo.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">El pibe le repitió que era un hijo de puta y, al traspasar la puerta, lo gargajeó.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">Bajó a buscarlo, a ofrecerle que viniera a pegarle. “¡Qué me decís boliviano, vení!”, reprodujo lo que el pibe le había lanzado desde el cruce de la avenida, y que nadie había oído.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">G. I., mientras los pasajeros miraban y cuchicheaban -“la sociedad está loca, enferma”, “la puta madre, voy a llegar tarde”- le ordenó a la vieja que tenía sentada a un costado, sin que lo registrara, que le mirara la mochila. Caminó hasta la puerta, bajó a la plataforma de la parada y trató de contenerlo. Con las manos en sus hombros, le dijo al oído que lo comprendía: que su viejo había dejado la columna -y el cerebro- arriba de un colectivo.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">Que se tranquilizara: que él valía la pena.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">G. I., antes de bajarse en Guatemala, con la sangre calabresa recorriéndole las manos y los cables cruzados, se acercó a él: “Tendría que haberlo puesto. Vos no podés; estás laburando”.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="line-height: 18px;">-Estaba esperando que me tirara la piña, pa; por eso puse el freno de mano -le respondió mientras bajaba la mano izquierda, ya engafado, no sin dejar de mover el cuerpo por el mal trago.</span></span></div></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-42418696690771217712013-11-16T13:48:00.004-03:002013-11-16T14:03:02.393-03:00<span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: 13px; line-height: 16.890625px;">“</span><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Los 2000 serán los tiempos de los eficaces descontroladores: los que son para otros, los que gozan haciendo lo que a otros les goza que ellos hagan; los que desconocen y se desinteresan del placer de ser yo-otros para ser nos-otros</span><span style="background-color: white; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; font-size: 13px; line-height: 16.890625px;">”</span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">.</span><br /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><br /></span><div style="text-align: justify;"><div style="text-align: right;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="font-size: x-small;">Del editorial de la revista</span> <i>Cerdos&Peces</i> <span style="font-size: x-small;">Nº 35, "El desierto son raíces", febrero de 1991.</span></span></div></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-51881138372880549102013-09-18T01:14:00.003-03:002013-09-24T02:46:18.791-03:00Las apariciones de Patricio Rey<a href="http://1.bp.blogspot.com/-ZJ-DZYmkd94/Ujkon6aCbtI/AAAAAAAAAz8/EWNRUPscj70/s1600/523558505eb6a.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; display: inline !important; float: right; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em; text-align: center;"><img border="0" height="111" src="http://1.bp.blogspot.com/-ZJ-DZYmkd94/Ujkon6aCbtI/AAAAAAAAAz8/EWNRUPscj70/s200/523558505eb6a.jpg" width="200" /></a><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El viaje. Más de mil kilómetros. Buenos Aires-Mendoza.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Las estacas de la carpa, el piso de tierra-cemento y el ruido -todo el tiempo- del río que corre ahí nomás. La tranquilidad, sólo interrumpida por el relato de Arcapalo.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El asadazo del Gonza Ruiz (gracias por bancarnos).</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Uspallata -“chupete de poio”-, Puente del Inca diez años después, Aconcagua.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Quemando la turbina no se desdibujan los momentos si nos basamos en prejuicios y preconceptos.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Las rosarinas de la chocolatada en Las Cuevas. La gata Sol. “Jijiji”.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Los rosarinos, canayas y lepras, de la noche del camping. ¿Nieva?</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Porro, fernet y vino -mucho- del mejor.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El reencuentro con los amigos de las viejas misas en la ciudad.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La Arístides con todo y todos, hasta con los Fundamentalistas.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Más porro, fernet y vino del mejor.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El día, y esas putas dos horas y media que esperaste desde que se confirmó el recital -¿recital?- que ahora sí, de verdad, se aproximan.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El micro y la peregrinación: apoyar el culo, cerca del escenario, encapucharse, bajar la cabeza, meterse dentro de uno para después explotar. Filoricoterazen. </span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Y el Indio que te encara con Luzbelito, te da vuelta con Blues de la libertad, te delira con Divina TV Führer y te empercha para siempre con Gualicho.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El final.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La salida. </span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Ciento treinta mil. </span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Y vos, que preguntás.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-¿No apareció en las pantallas cuándo vuelve a tocar, no?</span>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-80870915500282611712013-09-04T23:22:00.001-03:002013-09-05T15:05:14.464-03:00<div style="text-align: center;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><iframe allowfullscreen="" frameborder="0" height="315" src="//www.youtube.com/embed/3QH3I1z4Gec?rel=0" width="420"></iframe><br /></span><br /><div style="text-align: justify;"><div class="MsoNormal" style="text-align: left;"><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; color: #222222;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Siempre pasaba algo. </span></span><br /><span style="background-color: white; background-position: initial initial; background-repeat: initial initial; color: #222222;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">La primera vez, que lo fue a buscar a la cancha de Vélez, llegó tarde. Y, en el camino al diario, se le paró el auto -un Bora gris con alfombras bordó platinado- en el medio de la vía del tren San Martín. </span></span><br /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">-Me quedé sin batería.</span><br /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">El periodista, ese domingo, caminó las doce cuadras que lo separaban de la redacción para escribir su puto comentario de fútbol. </span><br /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La segunda, esta vez en la vuelta desde la cancha de Quilmes, el remisero dobló en la Avenida Mitre y rozó el auto de un chabón que, al bajarse para pedirle los datos del seguro, vio la cara del banana que iba al volante. Escuchaba <a href="http://www.youtube.com/watch?v=yiveV0ja4bM" target="_blank">"</a></span><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://www.youtube.com/watch?v=yiveV0ja4bM" target="_blank">Acuyuye"</a></span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">, una salsa que trasladó al periodista, sentado en el asiento trasero, la vista clavada en la noche, al culo de Yamila en la quinta huérfana de dueños en la que el Ale cortaba el pasto -usurpaba e invitaba a la pileta a los amigos-.</span><br /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">La tercera fue diferente: lo buscó en su casa de Castelar y, cuando le indicó que iba a la cancha de Gimnasia </span><st1:personname productid="La Plata" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;" w:st="on">La Plata</st1:personname><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">, el engelado le aclaró que primero debía dejar una valija del Ministerio de Salud en Mendoza y Arcos, Belgrano. "El barrio de las veredas soreteadas", pensó el periodista, que nunca pisó el Bosque porque estacionaron en la esquina porteña media hora antes de que empezara el partido. </span><br /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Y, sobre todo, porque con el bobina siempre pasaba algo.</span></div></div></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-78834362545468407632013-09-03T14:54:00.000-03:002013-09-03T23:38:49.649-03:00Preso de tu ilusión<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Del Facebook de <a href="https://www.facebook.com/juan.britos.12" target="_blank">Juan Diego Britos</a>.</span><br /><br /><a href="http://4.bp.blogspot.com/-ZhaE93eyA3M/UiYh4lGwlDI/AAAAAAAAAzU/ChO0H3_h1iI/s1600/los+redondos.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="150" src="http://4.bp.blogspot.com/-ZhaE93eyA3M/UiYh4lGwlDI/AAAAAAAAAzU/ChO0H3_h1iI/s200/los+redondos.jpg" width="200" /></a><span style="background-color: white; color: #898f9c; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">El man está encanado en Ezeiza por robo. Tiene ojeras hasta los dientes, las puntas de los dedos marrones de tanto gastar rubios y poco pelo. De noche duerme en el mismo módulo del que se escaparon trece pibes a fines de agosto. Cuando me </span><span class="text_exposed_show" style="background-color: white; color: #898f9c; display: inline; font-family: 'lucida grande', tahoma, verdana, arial, sans-serif; font-size: 13px; line-height: 18px;">enteré de la fuga, un compañero de trabajo me escribió para preguntarme por él. Entonces lo recordé caminando por la pasarela, con el sol perdiéndose al noroeste, detrás de los pabellones, las rejas, los muros. “Juan, no falté a un recital en 21 años, salvo cuando caía en cana. Los fui a ver a todos lados. Tengo todas las entradas guardadas en mi casa, las banderas. Mirá los tatuajes loco, te digo la verdad amigo, si me escapo algún día de acá, va a ser para ir a ver al Indio”.<br />Al revisar la lista de prófugos recé para que su nombre estuviera allí. Nadie se merecía más la fuga. Lo imaginé en Mendoza, saltando, fumando, abrazado al demonio.<br />Busqué un largo rato pero su apellido no figuraba en la nómina de evadidos. En silencio comprendí que se había quedado en la celda, recordando cuando corría por el campo con las manos llenas de bengalas, con la cara desencajada, sucio, transpirado. Libre.</span>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-56434285333683617682013-08-20T00:12:00.002-03:002013-08-20T00:21:50.768-03:00El deporte II<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"Si el deporte no produce historias, apaga y vámonos. Está lleno de historias que contar, buenas historias, y algunas de ellas muy edificantes. El deporte es formativo. Creo que funcionaría".</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span><div style="text-align: right;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><a href="http://www.jotdown.es/2011/09/enric-gonzalez-lo-que-busca-el-periodico-deportivo-es-masturbar-al-lector/" target="_blank"><i>"Lo que busca el periódico deportivo es masturbar al lector"</i></a>, Enric González, <i>Jot Down,</i> 2011</span><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;"><br /></span><div style="text-align: left;"><span style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;">[+] </span><a href="http://porelwing.blogspot.com.ar/2013/05/deporte_31.html" style="font-family: 'Helvetica Neue', Arial, Helvetica, sans-serif;" target="_blank"><b>El deporte</b></a></div></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-66359408650416153222013-07-03T01:32:00.000-03:002013-07-03T02:37:47.744-03:00Ratas<div style="text-align: left;"><span style="background-color: white; color: #222222; text-align: justify;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Las ratas no me dan miedo. El viejo mató a una tirándole un ladrillo desde veinte metros. Lo agarró de la pila que sería la pared del fondo de la casa, lo lanzó y, de una, la aplastó. "</span></span><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif; text-align: justify;">Si lo tiro cien veces más, no me sale". No me agradan; pero no me dan miedo: no grito cagado en las patas ni me asqueo. Las miro corretear, como en el andén del tren, hasta que se pierden.</span></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-83758724464115743692013-06-06T13:18:00.000-03:002013-06-06T14:00:56.615-03:00Fútbol Total<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Final de <st1:personname productid="la Copa" w:st="on">la Copa</st1:personname> del Mundo de fútbol de 1974. Estadio Olímpico de Múnich. 78.200 personas. Alemania-Holanda. Franz Beckenbauer ante Johan Cruyff. Holanda saca del medio. La pelota va a la izquierda. La vuelcan a la derecha. Todos se mueven: abren caminos. Los defensores son delanteros, los delanteros son defensores. Cruyff busca el balón en la posición de libero. La vuelca otra vez a la izquierda. Hasta que la agarra en el círculo central, los compañeros lo cortinan, y encara a Berti Vogts. Le zapatea, lo sobrepasa en velocidad y se mete al área. <span lang="ES">Uli Hoeness cierra y le comete falta. Es penal. 16 pases en 56 segundos de partido. Gol de Johan Neeskens. Los alemanes pierden uno a cero y no tocaron la pelota. La síntesis del Fútbol Total de <st1:personname productid="la Naranja Mecánica." w:st="on">la Naranja Mecánica.</st1:personname> El resto fue menos importante.</span></span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span lang="ES"><br /></span></span><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span lang="ES"><iframe acaballonaren="" frameborder="0" height="315" src="http://www.youtube.com/embed/M3KV0n-V24k?rel=0" width="420"></iframe></span></span></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-35207424256898675562013-05-31T02:59:00.000-03:002013-06-03T06:42:01.522-03:00El deporte<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"El deporte trata de gente que pierde, vuelve a perder y pierde una vez más. Se pierden encuentros; después se pierde el trabajo. Puede resultar muy intrigante".</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span><div style="text-align: right;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><a href="http://elpais.com/elpais/2013/05/10/eps/1368188201_180710.html" style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;" target="_blank"><i>"Una buena historia nunca muere"</i></a><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">, Gay Talese, </span><i style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El País</i><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">, 2013</span></span></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-8040214661402291832013-04-28T23:48:00.001-03:002013-04-30T00:13:13.857-03:00Al borde<a href="http://www.telefenoticias.com.ar/resources/jpg/9/7/1367169715479.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="113" src="http://www.telefenoticias.com.ar/resources/jpg/9/7/1367169715479.jpg" width="200" /></a><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El aroma a habano importado empuja los orificios nasales hacia el cielo. Las gotas cada vez caen más redondas y pesadas: diluvia. El relámpago ilumina el ring. El trueno asusta. Algunos de los asientos de cinco mil amagan con irse a refugiarse. ¿Qué onda, refugiados? ¿No vinieron acaso a ver a Maravilla? Vos, ¿ya te sacaste la foto con el desagradable y patriotero de Mariano Iudica y te rajás a cambiar la cara de póker? Sergio Martínez, el boxeador, el showman, el actor, el bailarín, <a href="http://porelwing.blogspot.com.ar/2011/03/maravilla.html" target="_blank">el reptil</a>, se mueve sin acompasar su cuerpo a los golpes. Tormenta: un nuevo refucilo electrifica el cuadrilátero. Martin Murray juega sucio y sale un grito: “¡Devolvé las Malvinas, puto!”. El inglés limpia el camino con la izquierda y poncha con la derecha la cara de Martínez, que cae: el campeón a la lona en el octavo round. El jean escurre como un trapo de piso. El papel en el que llevo la tarjeta se moja y se humedece. Los de atrás van con Maravilla y se acercan hacia el ring. Constitución en hora pico. Hay una caída: no suma, no se cuenta; es un resbalón, y un resbalón no es caída. Restan dos asaltos. En el boxeo, y en la lluvia, hay de sobra: épica sobre épica da un circo posmoderno de los Estados Unidos montado en Liniers. Pero sobre todo hay un par de boxeadores frente a frente. Y ahí no hay tutía. Murray por uno, dos puntos; Maravilla es the champion of the world y el británico debe no sólo ganar la pelea, sino también el cinturón, y en ese punto hay tantas certezas como pilotines de colores. Dos verdades. Miles de empapados. Una defensa. El aguacero. Un hecho histórico que estuvo a punto de llevarse puesto a todos, incluso a Maravilla.</span>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-32343640163898050522013-04-04T23:57:00.000-03:002013-04-04T23:57:31.602-03:00Mamúa<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">"Dicen que nos ponemos en pedo básicamente por dos cosas: para soportar lo que tenemos que hacer y para olvidar incluso a los que amamos. También dicen que son otras dos cosas las que nos despabilan de la mamúa: el miedo y la bronca. Que las cuatro cosas pasan porque son naturales en nosotros".</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span><div style="text-align: right;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><i>Kryptonita</i>, Leonardo Oyola, Mondadori, 2011</span></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-49901213508851120962013-04-04T00:02:00.001-03:002013-04-29T02:48:00.735-03:00Tres tercera<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Hoy, recién, la volví a ver. Siempre en el mismo lugar y de noche: la parada de la estación de Ramos. Me siguió intrigando. Ella se subió por la puerta de adelante del colectivo -el Randazzo-; yo, en cambio, por la del medio. Si no me hubiese adelantado, hubiéramos compartido el viaje mirándonos a los ojos. Apretados. Quizá charlando. Estaba menos rubia; igual de misteriosa. Iba a preguntarle, cuando bajáramos en Castelar, si seguía acompañada -<a href="http://porelwing.blogspot.com.ar/2013/03/ganar-es-de-perdedores.html" target="_blank">"no estoy solo"</a>- o si íbamos a tomar algo. Bajé. La esperé. Miré hacia su puerta, que nunca se abrió. La vi, vidrio de por medio, irse. Sé que no hay dos sin tres. Lo sé. Y sé que la tercera es la vencida.</span>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-80884502876765430702013-03-14T23:55:00.003-03:002013-03-26T01:35:29.407-03:00Ganar es de perdedores<span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">-¿Sabés que me intrigás? </span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-¿Que te intrigo? Guau. </span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-Si te invito a tomar algo, ¿aceptás? </span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-Mmm, eee, eh, no estoy solo.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Dice, nerviosa.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-Sola.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-...</span><br /><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">-Un gusto.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-Otro.</span>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-12372489591987295742013-02-21T00:32:00.002-03:002013-02-21T02:56:59.179-03:00Detrás de Roma<div class="separator" style="clear: both; text-align: left;"><a href="http://4.bp.blogspot.com/-TvopTb3Kt9Y/USWVU8zhesI/AAAAAAAAAu0/K4lpZ_Qfzt8/s1600/roma.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="149" src="http://4.bp.blogspot.com/-TvopTb3Kt9Y/USWVU8zhesI/AAAAAAAAAu0/K4lpZ_Qfzt8/s200/roma.jpg" width="200" /></a><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif; font-size: small;"><span style="color: black;">Es un tema recurrente, explorado, quizá un tanto obvio, pero no por todo eso menos potente: el vínculo entre un padre y un hijo a través del prisma que nos ofrece el fútbol. Acá va<span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://tiempo.infonews.com/notas/como-ser-feliz-y-no-morir-descenso">un ejemplo</a>, de mi amigo <a href="https://twitter.com/alejwall" target="_blank">Ale Wall</a> en <i>Tiempo Argentino</i>, y<span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://www.clarin.com/sociedad/viejo-abrazamos-solo-cancha_0_866913460.html">otro</a><span class="apple-converted-space"> </span>de<span style="font-size: small;"> </span><a href="https://twitter.com/nahuelgallotta" target="_blank">Nahuel Gallotta</a>publicado en la sección Mundos Íntimos de <i>Clarín</i>. La muerte de Antonio Roma, uno de los grandes arqueros de la historia bostera, me trajo el siguiente: en el último partido de Boca de 2012, frente a Godoy Cruz en <span style="font-size: small;">L</span>a Bombonera, el club lo homenajeó. Ese día se cumplían cincuenta años de<span class="apple-converted-space"> </span><a href="http://imborrableboca.blogspot.com.ar/2010/10/el-penal-que-roma-le-atajo-delem.html">la atajada</a>. Roma se apareció en la cancha.<span style="font-size: small;"> </span>Por delante iba su panzota. Tenía el pelo blanco y una camisa negra: conservaba la facha, el porte de Tarzán. Lo veíamos, con mi viejo, desde la platea para periodistas. Sobraba una credencial en el diario y me pareció piola invitarlo. Al fin y al cabo, él me había llevado por primera vez allí, aquel uno a cero a Argentinos con el gol de Alfredo Moreno, acaso mi regalo del cumpleaños de once, y ahora yo, así, se lo agradecía. Llegamos a nuestras ubicaciones. Saqué el papel para los apuntes, coloqué el celular con el cronómetro en cero y me calcé los auriculares. Él miraba asombrado. Habíamos bajado a la puerta del vestuario y había visto al Flaco Schiavi, que jugaría su partido de despedida con la camiseta azul y amarilla. En la radio, de repente, Walter Saavedra anunció que iban a pasar el relato de Bernardino Veiga del penal tapado a Délem contra River en 1962. Le pasé un auricular. Era el relator que escuchaba mi papá de chico. Roma se ubicó en el arco. No pegaba saltos, no era un Godzilla suelto en La Boca, no era un clásico: era un abuelo que, dispuesto, afable, posaba para los fotógrafos y saludaba. Fueron unos segundos, la voz de Bernardino en nuestros oídos y corazones, en los que validé la felicidad que, sin pedir nada a cambio, gratis, nos regala la condición de ser hinchas. De ser padres. De ser hijos.</span></span></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-91796857546277292142013-01-03T00:41:00.000-03:002013-01-03T00:47:55.590-03:00Ser periodista<span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif; font-size: small;">"Al fin y al cabo había lugares y situaciones que había descubierto mientras elaborado un artículo. Eso era justamente ser periodista. Tener la capacidad de pasar de la ignorancia al conocimiento detallado".</span><br /><br /><div style="text-align: right;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif; font-size: small;"><i>La fragilidad de los cuerpos, </i>Sergio Olguín, Tusquets, 2011</span></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-43222749329207625152012-12-26T23:42:00.001-03:002013-09-25T23:25:03.661-03:00Luzbelito y Nottingham ForrestMe presentó a Los Redondos mientras jugábamos una madrugada al PC Fútbol 5.0.<br />Leandro, mi primo.<br /><a href="http://4.bp.blogspot.com/-8js0eJMU3go/UNu1tfiUDrI/AAAAAAAAAuQ/CNg7j7MysoY/s1600/valencialiverpoolcc1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="150" src="http://4.bp.blogspot.com/-8js0eJMU3go/UNu1tfiUDrI/AAAAAAAAAuQ/CNg7j7MysoY/s200/valencialiverpoolcc1.jpg" width="200" /></a>Para la familia: Pichi.<br />Rulos rubiones, taciturno: la perfecta combinación entre la calma, la risa y la rabia.<br />Era de River. Era uno de esos que lloran por el fútbol.<br />Rumble Pack, baby fútbol, Teddy, Bariloche, <i>Clonazepan y circo</i>, Comunicación Social.<br />El más grande entre los varones.<br />Hasta que ese mediodía se hartó. De vivir, de jugar: de jugar a vivir.<br />¡Pum!<br />Todos hablaron.<br />En un sueño -¿sueño?- se me apareció: de chiquito y de adolescente.<br />“¿Todo bien?”, me preguntó el pibe.<br />El nene se me sentó al lado, sobre la cama.<br />Las piernas le colgaban: apenas le rozaban el piso.Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-13407414627412167332012-12-17T01:32:00.000-03:002012-12-17T10:56:37.883-03:00Peronismo<span style="font-size: small;"><span style="font-family: Georgia,"Times New Roman",serif;">"Si meterse en política es elegir una opción entre muchas, ser peronista es no meterse, no elegir, ser parte del todo, de la simple y sencilla vida vivible (...) Ser peronista es ser tanto que es ser todo. Al ser todo, ser peronista es ser nada. Así, cualquiera puede acusar a otro de no ser algo que es todo, que contiene a todos y autoriza a todos a decir que <span style="background-color: white; color: #222222; display: inline ! important; float: none; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: 16px; orphans: 2; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">'</span>los otros<span style="background-color: white; color: #222222; display: inline ! important; float: none; font-style: normal; font-variant: normal; font-weight: normal; letter-spacing: normal; line-height: 16px; orphans: 2; text-align: left; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; widows: 2; word-spacing: 0px;">'</span> son otra cosa".</span></span><br /><br /><div style="text-align: right;"><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">José Pablo Feinmann</span></span><br /><span style="font-family: Arial,Helvetica,sans-serif;"><span style="font-size: small;">Prólogo a <i>No habrá más penas ni olvido</i>, de Osvaldo Soriano, Seix Barral, 2010 </span></span></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-58813935249117524872012-11-07T15:50:00.002-03:002012-11-15T01:58:42.158-03:00Historias<div class="MsoNormal"><span style="font-family: Verdana, sans-serif;">Si el periodismo -deportivo, político, cultural, todos- es, entre otras cosas, contar historias, acá van tres alrededor de los Juegos Evita de Mar del Plata. Vivirlos fue una experiencia encantadora.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><b><a href="http://tiempo.infonews.com/2012/11/04/deportes-90028-de-la-villa-15-a-mardel-a-traves-de-la-redonda.php" target="_blank">De la Villa 15 a Mardel, a través de la redonda</a></b></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">“¡Vamos, eh, vamos! ¡Jugamos por Peri!”. Soledad apunta con los índices al cielo y arenga a las compañeras del Centro Deportivo Recreativo de la Villa 15. Están a punto de jugar su primer partido de fútbol femenino Sub 16 en los Juegos Evita de Mar del Plata, en el Complejo Punto Sur. Peri: así lo llamaban a Nahuel Toledo en Ciudad Oculta, el nombre que se le colocó al Barrio General Belgrano cuando la última dictadura militar le construyó un muro para ocultarla ante la visita de extranjeros para el Mundial 1978. A principios de septiembre Peri corrió perseguido por una lluvia de piedras -un juego de niños-, se escabulló en el Elefante Blanco, cayó en el pozo de un ascensor inexistente y murió. “Nosotras vivimos en el barrio donde hicieron la película <i>Elefante Blanco</i> -explican entre todas- y cuando se fueron dejaron abierta una escalera que estaba rota, pero antes el hospitalito estaba cerrado. Se pudo haber evitado porque sabían que estaba muy dañado, con peligro de derrumbe, y no hicieron nada”. El relato condensa la naturalidad de la muerte. Peri jugaba en la Sub 14 y se encontraba fichado para estos Juegos. Su hermano mayor, Leandro Toledo, el Lauchita, el 5 de la Sub 16, y las chicas -Soledad, Milagros, Johanna, Lidia, Denise, Daiana, Débora, Andrea y la Pitu- juegan por él.</span><br /><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #222222; line-height: 16px;"><a href="http://tiempo.infonews.com/2012/11/04/deportes-90028-de-la-villa-15-a-mardel-a-traves-de-la-redonda.php" target="_blank">[+]</a></span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><b><a href="http://tiempo.infonews.com/2012/11/05/deportes-90114-el-fenomeno-del-martillo.php" target="_blank">El fenómeno del martillo</a></b></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Joaquín Gómez prendió la computadora, se conectó a Internet y tecleó en el buscador, no sin errarle: “Quizás quisiste decir: Yuriy Sedykh”. Lo quería decir. En realidad, buscaba los informes de los estudios biomecánicos que realizaron Sedykh, dueño del actual récord del mundo, y Anatoly Bondarchuck, el entrenador, para optimizar la técnica del lanzamiento de martillo. En el mundo, a su edad -16 años-, no hay hoy nadie mejor que Joaquín: el último fin de semana de octubre rubricó el récord subcontinental, con 81,15m, en los Juegos Sudamericanos Sub18 de Mendoza. A pesar de los dos años de diferencia, se encuentra cuarto en el ranking mundial de juveniles. El fenómeno, que rompió tres veces el récord sudamericano, ganó con 72,45m su cuarta participación en los Juegos Evita de Mar del Plata. “Me hubiese gustado llegar a los 80, pero quedé lejos -dice-. Por la marca que tengo, ya casi estoy en el alto rendimiento. Aparte siempre me entrené con seriedad, pero ahora que estoy en otro nivel tengo que buscar nuevas expectativas”. </span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #222222; line-height: 16px;"><a href="http://tiempo.infonews.com/2012/11/05/deportes-90114-el-fenomeno-del-martillo.php" target="_blank">[+]</a></span></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><b><a href="http://tiempo.infonews.com/2012/11/06/deportes-90210-el-ayer-y-el-hoy-del-deporte.php" target="_blank">El ayer y el hoy del deporte</a><span id="goog_1850127556"></span></b></span></div><div class="MsoNormal"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Los chicos entraron por la Plaza de Mayo, recorrieron la Casa Rosada, subieron al primer piso y, en un momento, recibieron la orden: bajar al patio interno, formar un círculo y esperar. Unas horas antes habían conocido el zoológico de Buenos Aires. O Buenos Aires, sin más. Vieron, entonces, cómo se les acercaban Juan Domingo Perón y Eva Duarte. El presidente los felicitó y les estrechó la mano, uno por uno, y la señora les dio un beso. Los anfitriones, después, los invitaron a pasar a un salón para tomar un chocolate. </span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Desde Mar del Plata, Daniel Solís, uno de los pibes de Nueva Argentina, aquel equipo de fútbol que representó a Misiones en los Juegos Evita de 1951 y que fue a la Casa de Gobierno, llama ahora a Rosa Theisen, su esposa, para saber cómo está ella y cómo anda todo en Posadas. No espera esta respuesta en el teléfono.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-¿Vos en qué andás? ¿Qué pasa con vos que me llaman y me preguntan cómo eras de chico? ¡Si yo ni te conocía!</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Daniel, sangre guaraní, 76 años, autor de cuentos bajo el seudónimo Siles publicados en el diario misionero <i>Primera Edición</i>, participó en aquellos torneos infantiles y acá, en estos Juegos, compitió en la categoría pareja masculina de tejo para adultos mayores. Es uno de los pocos que repitió, y por eso le preguntan a su mujer cómo era de niño.</span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">-Te puedo asegurar que hasta ahora siento la sensación del beso de Evita. </span><br /><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><span style="background-color: white; color: #222222; line-height: 16px;"><a href="http://tiempo.infonews.com/2012/11/06/deportes-90210-el-ayer-y-el-hoy-del-deporte.php" target="_blank">[+]</a></span></span></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-82973901910778091392012-09-14T10:32:00.002-03:002012-09-14T11:14:05.089-03:00Advertencia<div style="text-align: right;"><a href="https://pbs.twimg.com/media/A2uWoMECEAAo_Sc.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="150" src="https://pbs.twimg.com/media/A2uWoMECEAAo_Sc.jpg" width="200" /></a><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: georgia, serif; font-size: 13px;"></span></div><div style="text-align: left;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: georgia, serif; font-size: 13px;"><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: georgia, serif;">Hagamos un recorte de la realidad, vamos: un grupo de personas que piensa que vive bajo una dictadura y que entonces clama "respeto" vocifera "andá con Néstor, la puta que te parió" </span></span><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: georgia, serif; font-size: 13px;">-bueno, es cierto, ya no vivan el cáncer, es todo un paso- </span><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: georgia, serif; font-size: 13px;">y "el que no salta es negro y K"; Patricia Bullrich sonriente junto a la orgásmica Natacha Jaitt; un cartel en las manos de un clasemediero que dice, y no es joda, lo siguiente: "Cristina: la única mujer que me maltrata y me da miedo es mi novia. Vos respetá</span><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: georgia, serif; font-size: 13px;"> </span><span style="background-color: white; color: #222222; font-family: georgia, serif; font-size: 13px;">la Constitución"; una señora paqueta -ojo, no escribí vieja de mierda, eh- con una hoja A4 todavía caliente por la impresión, porque no le dio para la cartulina colorida ni para la banderita argentina, que clava: "En Barrio Norte también tenemos hambre". Hasta acá, estimados. No más. Esto, caceroleros míos, antis K -cómo les gusta ensartar esa letra en mayúscula en cualquier pelotudés-, políticos opositores, amigos de la izquierda más izquierda que apoyan estas paparruchadas, es una máquina de producir kirchneristas. Insisto: salen en serie y, a veces, más o menos bobos. Después no digan que no les avisé.</span></div>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-56220469842000041932012-08-17T23:20:00.001-03:002012-09-03T02:48:26.280-03:00Ni con Obdulio<div style="text-align: right;"><i style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“Un buen recuerdo puede ser mejor que la imaginación”</i><br /><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hernán Casciari, en la Orsai Nº 8</span></div><a href="http://4.bp.blogspot.com/-f2DhLXPOFnk/TxbLBGJNDoI/AAAAAAAAAFg/ppeCylXSjI0/s1600/obdulio-varela.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="145" src="http://4.bp.blogspot.com/-f2DhLXPOFnk/TxbLBGJNDoI/AAAAAAAAAFg/ppeCylXSjI0/s200/obdulio-varela.jpg" width="200" /></a><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">El fútbol, para Ornela, tiene la importancia de ese maní japonés. </span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">Nicolás, sin embargo, se ve ante un imposible. Y entonces, sin dar más vueltas, apela a ellos: los uruguayos del Maracanazo. Le dice, primero, que no es nada original: que esta historia atraviesa un cuento bellísimo de Eduardo Sacheri -</span><i style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://www.elgrafico.com.ar/2008/11/18/C-789-una-sonrisa-exactamente-asi.php">Una sonrisa exactamente así</a></i><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">- y que se trata de la final de la Copa del Mundo de fútbol jugada en 1950 en Brasil, una instancia en la que los brasileños, por ejemplo, eran premiados de antemano. Le cuenta la existencia de las doscientas mil almas en el estadio, las bombas de estruendo, el aura épica. La mitología. Nicolás, que atesora una camiseta celeste con el número cinco de Obdulio Varela, recurre a ellos hundido en la hermosura de lo arduo. Como para sentirse adentro de un cuento y, así, aliviarse. Ornela asiente. Escucha. Se recuesta en la silla de ese bar mientras respira el último aire de la primavera. Le relata, él, que Brasil se había puesto uno a cero y que los uruguayos, impulsados desde el fondo del corazón de Obdulio, dieron vuelta el resultado y fueron campeones. Los ojos de ella, en ese instante, se cristalizaron. El pelo largo y rubio -su belleza- se compenetró en esta historia. “Interpretalo como una metáfora”, le sugirió luego, torpe, como si hiciera falta. Nicolás se sintió envuelto en la noche de un encuentro que podía ser de sol o de lluvia. La grandeza de Obdulio, agregó, no terminó ahí, porque después eligió mandar al diablo a los dirigentes y se fue a emborrachar con los derrotados. Cuando dijo eso, el loco matriculado que tenía adelante le confesó que por esas historias le encantaba el deporte y ser periodista. “¿Pero eso pasó? ¿De dónde lo sacaste?”, le preguntó Ornela. Nicolás simplificó: “De la realidad, de la vida”. Esa noche las cervezas siguieron. En la puerta de la casa de ella, un abrazo como ninguno fue el epílogo. No la encantó ni con los uruguayos. Llovió. A pesar de estar en sintonías dispares -"veredas opuestas", "veredas opuestas"-, ella nunca se va a olvidar de Obdulio. De Nicolás, no lo sabe.</span>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-684915951166684763.post-27507488088989704662012-08-13T02:42:00.001-03:002012-08-13T17:12:47.356-03:00Los viejos vinagres según Luca<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://staticvos1.lavozdelinterior.com.ar/files/imagecache/lvi_vos_nota_periodistica_618_350/nota_periodistica/luca-prodan-2.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" height="113" src="http://staticvos1.lavozdelinterior.com.ar/files/imagecache/lvi_vos_nota_periodistica_618_350/nota_periodistica/luca-prodan-2.jpg" width="200" /></a></div><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;">"</span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><a href="http://www.youtube.com/watch?v=xPPs3O-vU-Y#t=19m11s"><b>Los viejos vinagres pueden no tener setenta años, ni </b></a></span><a href="http://www.youtube.com/watch?v=xPPs3O-vU-Y#t=19m11s" style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"><b>sesenta, ni treinta: es gente con una mentalidad. Hay chicos de doce años que son más reaccionarios que una persona de cincuenta.</b></a><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"> Y encima son más idiotas. Entonces les vamos a dar. Y ese no es un tema de la juventud contra los más grandes, no".</span><span style="font-family: Georgia, 'Times New Roman', serif;"></span>Roberto Parrottinohttp://www.blogger.com/profile/03785354829942321636noreply@blogger.com0