domingo, 23 de marzo de 2025

Estética y estilo

Cuando hacés lo que hacés, no estás del todo consciente de cómo es lo que querés hacer, sino que simplemente lo hacés. (...) La mayoría de las escuelas de cine no enseñan tanto estéticamente, me refiero a lo que se necesita para llegar a tener una estética propia. Y, de hecho, parte de convertirse en un artista es en realidad el descubrimiento de la propia estética. Quiero decir: se puede enseñar la sincronización de sonido con imagen, o algunos trucos de edición diferentes, o pueden enseñarte a hacerlo con una cámara de alta resolución y blablablá, te muestran algunas películas, pero parte de todo artista es descubrir su estética. Empezás haciendo, diciendo “me gusta esto y esto no”. Y después, pero después, una vez que empezaste, “quiero ser un artista”, entonces tenés que empezar a darte cuenta realmente de la diferencia entre un buen trabajo y un mal trabajo. No es igual a “me gusta esto, no me gusta esto”. Y así le empezás a dar forma a tu estética. Y lo ponés en práctica.
Quentin Tarantino
La lengua está más acá de la Literatura. El estilo casi más allá: imágenes, elocución, léxico, nacen del cuerpo y del pasado del escritor y poco a poco se transforman en los automatismos de su arte. Así, bajo el nombre de estilo, se forma un lenguaje autárquico que se hunde en la mitología personal y secreta del autor. Sea cual fuere su refinamiento, el estilo siempre tiene algo en bruto: es una forma sin objetivo, el producto de un empuje, de una intención, es como la dimensión vertical y solitaria del pensamiento. Sus referencias se hallan en el nivel de una biología o de un pasado, no de una Historia: es la “cosa” del escritor, su esplendor y su prisión, su soledad.
Roland Barthes