lunes, 9 de enero de 2017

Jackie Robinson (o tres trilogía)

Ciudad de cristal (1985)

1) En mi trabajo se suele encontrar un poco de todo y si uno no aprende a dejar de juzgar, nunca llegaría a ninguna parte. Estoy acostumbrado a oír los secretos de la gente y también estoy acostumbrado a tener la boca cerrada. Si un hecho no tiene relación directa con el caso, no me sirve para nada.


2) Recordar la sensación que produce llevar la ropa de otra persona.


3) La consecuencia era que el comportamiento humano podía comprenderse, que debajo de la infinita fachada de los gestos, los tics y los silencios, había una coherencia, un orden, una motivación.


Fantasmas (1986)


1) Poco a poco se vuelve más audaz en su deambular. Estamos en 1947, el año en que Jackie Robinson empieza a jugar con los Dodgers, y Azul sigue sus progresos atentamente, recordando el jardín de la iglesia y sabiendo que hay algo más en ello que simplemente béisbol. Una luminosa tarde de un martes de mayo decide hacer una excursión a Ebbets Field y cuando deja atrás a Negro en su habitación de la calle Naranja, encorvado sobre su mesa como de costumbre, con una pluma y sus papeles, no siente ningún motivo de preocupación, seguro de que todo estará exactamente igual cuando regrese. Toma el subterráneo, se roza con la multitud, se siente lanzado hacia una sensación de inmediatez. Mientras toma asiento en el estadio, le choca la nítida claridad de los colores que le rodean: la hierba verde, la tierra marrón, la bola blanca, el cielo azul. Cada cosa es distinta de todas las demás, totalmente separada y definida, y la simplicidad geométrica del dibujo le impresiona por su fuerza. Viendo el partido, le resulta difícil separar los ojos de Robinson, constantemente atraído por la negrura de su cara, y piensa que debe de necesitarse mucho valor para hacer lo que él está haciendo, estar solo delante de tantos desconocidos, con la mitad de ellos sin duda deseándole la muerte. Mientras el partido continúa, Azul se descubre vitoreando todo lo que hace Robinson, y cuando el negro gana una base en la tercera entrada, Azul se pone de pie, y más tarde, en la séptima, cuando Robinson dobla contra la pared de la izquierda, él aporrea la espalda del hombre que tiene al lado de pura alegría. Los Dodgers sacan en la novena con un bombo de sacrificio y mientras Azul sale arrastrando los pies con el resto de la gente y se dirige a su casa se le ocurre que Negro no le ha pasado por la cabeza ni una sola vez.

2) Pero las oportunidades perdidas forman parte de la vida igual que las oportunidades aprovechadas, y una historia no puede detenerse en lo que podría haber sido.

3) Desear decir no es ya haber dicho sí.


La habitación cerrada (1987)


1) En última instancia, una vida no es más que la suma de hechos contingentes, una crónica de intersecciones casuales, de azares, de sucesos fortuitos que no revelan nada más que su propia falta de propósito.


2) –Después de todo dije, ya hace más de un año que se fue, casi un año y medio. Tienen que pasar siete años hasta que una persona muerta pueda ser declarada oficialmente muerta. Pasan cosas, la vida continúa. Imagínate: ya hace casi un año que nos conocemos.

Para ser exactos contestó Sophie, entraste por esa puerta por primera vez el 25 de noviembre de 1976. Dentro de ocho días hará exactamente un año.
Te acuerdas.
Claro que me acuerdo. Fue el día más importante de mi vida.

3) Durante más de un mes lo único que hice fue copiar pasajes de libros. Uno de ellos, de Spinoza, lo clavé en la pared: "Y cuando sueña que no quiere escribir, no tiene la capacidad de soñar que quiere escribir, y cuando sueña que quiere escribir, no tiene la capacidad de soñar que no quiere escribir".


La trilogía de Nueva York, Paul Auster

domingo, 1 de enero de 2017

Cinco bolsas de papa

-Riquelme no me vendió nunca el pase a mí, pero tiene que figurar de esta manera para que ustedes no se confundan, porque, porque después va a quedar como que se lo vendí, y va a salir usted, o cualquier otro, a decir: "Riquelme se lo vendió al final al pase, tanto que habló por la tele que no se lo vendía".
-Bien...
-¿Me entiende lo que le digo?
-Bueno, ¿podés hacer un punto ahí y me escuchás un minuto?
-Nonono, yo lo escucho bien, pero vamos a aclarar las cosas.
-Ta bien, ta clarito, pero...
-Y le pido por favor...
-Seee...
-Que no confundamos a la gente, porque usted no se levanta a la mañana y dice: "Hoy voy a decir tal cosa".
-Buen...
-Si lo mandan, lo mandan. Entonces que le manden a decir la verdad.
-Bueh. Dame un segundito: que quede claro que no me mandan, sino que yo arriesgo diciendo una determinada cosa...
-Sí, claro, usted se levanta y dice lo que...
-¡No, no! Pará un segundito. Yo sé que estás caliente, pero pará un minut...
-Nonononono, no estoy enojado, eh. Usted sabe que el hincha de Boca...
-Estás enojado.
-Usted no sabe cuándo estoy enojado y cuándo no.
-Bueno...
-Porque yo no lo conozco a usted y usted a mí cuándo estoy contento o enojado.
-Bien, buen...
-Solamente estoy aclarando las cosas como son.
-Bien, pero...
-Te vuelvo a repetir. Yo jamás le he pedido plata al club.
-No, pero olvidate de eso...
-Pere, pere.
-Si yo no te estoy hablando de plata. ¡En ningún momento hablamos de un peso hasta acá, eh!
-¿Me escucha un segundo?
-Siii, sí, señor.
-Yo jamás le voy a pedir plata al club, ni jamás le voy a vender el pase al club. ¿Ta bien?
-Se, se, se.
-Entonces el club sabrá. ¿Vamos a empezar otra vez con toda la vuelta esta? Lo único que le vuelvo a decir es que cada vez que van pasando los días, van poniendo más piedras en el camino, y yo estoy tratando de esquivarlas todas para que esto termine bien. Si me tengo que poner a acordar lo que viene pasando hace dos meses, esto es bastante, bastante vergonzoso, a decir de una manera. ¿Sabe por qué?

El periodista, del otro lado de la línea, se ríe socarrón, como si fuese Papa Noel, con la complicidad de su colega reno en el estudio de radio, y sigue el futbolista.

-Una cosa muy clara, que ustedes, como averiguan tanto y tienen tantos amigos parece, yo no escuché que hayan aclarado el tema y decir que estuvieron durante un mes y medio diciendo de que Boca me quería ofrecer un año y medio, cuando el presidente dijo que eran tres, y yo ese día le dije a mi representante que Román quiere cuatro años y no te va a vender nunca el pase ni te va a pedir plata. A los 20 días de esa famosa reunión, a los 20 días que le dijimos a los tres años que no, eh, a los 20 días, votaron en el club para aceptar tres años. Es una cargada. ¿Cómo vas a votar algo que te dije que no hace 20 días atrás? Dígame.
-Lo que ocurre, Riquelme, y vos sabés...
-Vamos a ser sinceros con esto, porque yo soy hincha de Boca, y lo único que tengo que hacer es aclararle al hincha de Boca para que sepa la verdad. ¿Me entiende?
-Lo que ocurre, Riquelme, que vos sabés, también, como hábil negociador que sos, que te has puesto en una posición y los dirigentes tienen que llegar a esa posición, que cuando se establecen este tipo de situaciones que son tan delicadas y en las que se juega mucho dinero, cada uno tiene su estrategia para llegar...
-Nono, no se está jugando nada acá. Es cuestión de querer o no querer. ¿Ta bien?
-Bueno, pero correcto. Aunque vos quieras soslayar el dinero...
-Entonces le voy a decir una cosa clara... Recién dijo que de dinero no hablaba y ahora está hablando otra vez.
-Na, na, yo no hablo de cifras. Pero vos sabés que en el final...

El periodista toma carrera.

-Decime la verdad, Riquelme, ¿vos vas a jugar gratis para Boca? No. ¿Vos vas a jugar gratis los próximos cuatro años?
-Ya llevo doce meses. Dígame: ¿quiere que siga jugando gratis? ¿Usted trabaja gratis en el trabajo de usted?
-Yo no quiero hablar de dinero, pero quiero preguntar lo siguiente...
-Le pregunto. ¿Usted trabaja gratis?
-¡Nooo! Yo no, a mí me pagan mucha plata, si no, no trabajo.
-Yo sí trabajé, doce meses trabajé gratis.
-La cosa es así...
-Pero tampoco le estoy pidiendo el club, como dijo algo hace unos días atrás.
-Bueno, pero olvidate...
-Ja, ja. Es cuestión de olvidarse las cosas que usted dice, claro, ja... Ustedes tiran las cosas, la gente se confunde y después hay que olvidarse. No es así.
-No, no, dame un segundito...
-Yo no dejé mal parado a nadie, ni a usted ni a nadie.
-Bueeen...
-Yo solamente salgo a decir la verdad.
-Bueno, pero dame un segund...
-Vivo con la verdad y me voy a morir con la verdad. ¿Me entiende?
-Dame un segundito: en aras de esa verdad, yo quiero preguntarte si tu futuro contrato es por dinero.
-No sé qué quiere que pida, ¿cinco bolsas de papa?
-Bueno, entonces...
-¿Ve que está hablando de plata? Déjeme salir a aclarar que lo que dijo usted no es verdad, ¿ta bien? ¿Hoy estamos a jueves? El día lunes se reunió mi representante con el presidente...
-Bien, vos querés...
-Pere pere pere. Y la situación de dónde estábamos, fue para atrás. Y resulta que hoy me levanto yo, termino de entrenar porque estoy haciendo la recuperación de mi pierna, que verdaderamente no le importa ni a usted ni a nadie, porque lo que menos se habla es de mi pierna ni de fútbol, y ahora me encuentro con que tengo que poner la tele la radio que Riquelme en un 99% está arreglado. ¿Qué es esto? Si el día lunes se reunieron y las cosas fueron para atrás de dónde estábamos. Entonces yo necesito decirle al hincha de Boca esto, ¿me entiende? Nada más.
-Román... ¿Si querés seguimos charlando? Si no, no.
-No, tengo que comer, tengo que comer.
-Bueno, te mando un abrazo.