jueves, 23 de diciembre de 2010

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Indio

Qué bien armadito este especial de la Rolling Stone sobre el recital del Indio Solari en Tandil. No sólo por el testimonio de él. Vean, por ejemplo, el video de la travesía ricotera. O al uruguayo que viajó 15 horas para verlo. Fui, y un poco de lo que sentí lo describió acá el Negro Máximo, un colega. Y eso que todavía nos preguntamos si somos un público respetable.

sábado, 30 de octubre de 2010

De Diegos, de mafias, de Nápoles

Amor después del amor. En su última visita al San Paolo, en 2006.
"No pueden entender lo que se han perdido". La frase, pintada en una pared externa del cementerio de la ciudad, ilustra el éxtasis. Los fanáticos vivos les hablan a los difuntos. Napoli gana el Scudetto de la temporada 1986/87, el primero de su historia. Diego Maradona, a quien se perdían los destinatarios de la frase, hacía vivir un sueño a Nápoles. San Gennaro, el revolucionario Masaniello y el actor y poeta Totò tenían un nuevo compañero de devoción.
La historia del graffiti a los muertos es registrada en el documental italiano Ho visto Maradona, uno de los múltiples trabajos cinematográficos sobre su figura. Stefano Ceci, un amigo napolitano de Diego, da su testimonio en el sugestivo film argentino Amando a Maradona. Ceci imita su corte de pelo, modo de hablar, ademanes y tiene los mismos tatuajes en la piel.
"Nunca lo olvidamos porque tocamos el cielo con las manos", dice Stefano, y canta en su auto “¡Napoli, Napoli, forza Napoli!”. Ama a Maradona, como invita el título de la cinta-homenaje. “Antes de Diego -cuenta un cocinero de un clásico restaurante portuario- Nápoles nunca había sido una ciudad importante. Desde que se fue, perdimos todo. Ahora es el desprecio de Italia”.
La película La mano de Dios, en cambio, muestra a un Maradona enfermo y amigo de la Camorra. La parte de su historia que muchos deciden saltear. Y que otros, peor, dedican páginas de infamias, como lo hizo El Gráfico dirigido por el periodista Aldo Proietto en 1991, cuando retrató su detención en el departamento de Caballito con testimonios y datos falsos.
Maradona, es cierto, encandiló a una ciudad pobre del Sur italiano por su aura de ídolo rebelde y por los éxitos deportivos, pero también por la magia del juego. El fútbol en estado celestial. Las imágenes de sus trucos -golazos, apiladas, caños, sombreros- inundan cualquier repaso fílmico de su trayectoria en las canchas.
En 1989, en el calentamiento previo a la semifinal de vuelta de Copa UEFA ante Bayern Munich, bailó al ritmo de Life is life, la canción de Opus, el grupo del momento: salía por los altoparlantes del estadio Olímpico de Berlín. Asombra mirar hoy en YouTube cómo combina movimiento y música con la pelota de compañera. No es una publicidad de Nike ni Cristiano Ronaldo.
El lazo eterno entre Maradona y Nápoles promete un nuevo capítulo. La tierra prometida espera al “argentino por error”, como lo definió un tifosi. Ahora en el rol de director técnico. El actual DT de Napoli, Walter Mazzarri, puso incluso su cargo a disposición de Diego ante los rumores de la prensa. “Si bajase 20 kilos -ironizó en julio pasado- hasta le encontraría un puesto”. En Nápoles, hoy la ciudad más violenta de la Unión Europea y el basurero de Italia, ya estiran la agonía.


Nota publicada en la revista Nos Digital (están invitados a darse una vuelta).

miércoles, 13 de octubre de 2010

Mineros

"Eficacia fría y rencor impotente van mancomunados en la gran mina, unidos a pesar del odio por la necesidad común de vivir y especular de unos y de otros, veremos si algún día, algún minero tome un pico con placer y vaya a envenenar sus pulmones con consciente alegría. Dicen que allá, de donde viene la llamarada roja que deslumbra hoy al mundo, es así, eso dicen. Yo no sé".


No tengo nada para decir del rescate de los 33 mineros que acaba de comenzar. Que termine bien, desde luego. Florencio Ávalos fue el primero en salir. Ya está fuera y se abraza con su hijito. Habla ahora el presidente. En este momento Sebastián Piñera le sonríe al mundo. Me da bronca.


Ernesto Guevara, antes de ser el Che, en su viaje iniciático por América Latina, escribió las líneas de arriba en su diario tras visitar la mina de oro y cobre de Chuquicamata, al norte de Chile, cerca de la de San José. Solas se me abalanzaron. Otra llamarada -mediática- deslumbra al mundo.

martes, 14 de septiembre de 2010

Reír o llorar



La temporada 2010 de Peter Capusotto y sus videos está llegando a su fin. Hasta aquí, Bombita Rodríguez sólo apareció una vez, enfundado en su traje de agente 0017 de Octubre del peronismo revolucionario. Bastó y sobró, desde ya. Sin embargo, volví a recordar un artículo de Adrián Viale en Página/12. Por ahí deducen que Viale es un joven estudiante a quien le publicaron en el diario. Queda pendiente averiguarlo. “Cuando veo a Bombita no sé si reír o llorar”, dijo más de un ex monto. De eso se trata.
Bombita Rodríguez
Por Adrián Viale

Volvió Capusotto. Y con él, el que probablemente sea su personaje más entrañable: Bombita Rodríguez. Bombita Rodríguez, el Palito Ortega montonero, hace reír, y mucho, en cada una de sus presentaciones. ¿Por qué nos hace reír Bombita? Es una pregunta que comencé a hacerme desde que lo vi por primera vez, cantando “Burgueses, atrás, atrás” y “Armas para el pueblo, armas para el pueblo ya”. ¿Por qué Bombita hace reír? Bombita habla de la clase obrera, habla de la liberación nacional, habla de los explotadores y los explotados, habla de los burgueses y los proletarios, habla de la cultura popular, de la educación de las masas, del socialismo. Evidentemente esto nos hace reír. ¿Por qué? ¿Por qué en la década del ’70 estas cosas no hacían reír? No sólo no hacían reír. Hubo gente que tomó tan en serio todo esto, que llegó a vivir sólo para estas ideas, llegó a soportar torturas, llegó hasta a dar la vida (su propia vida... la única que tenían) ¿Cómo pasó? ¿Por qué en la década del ’70 se decía clase obrera, proletarios y burgueses, explotadores y explotados, liberación nacional, socialismo, y nadie se reía?

¿Puede ser que la respuesta esté en los significados? ¿Qué significa hoy para nosotros la clase obrera, el socialismo, los explotadores? Para ellos significaba algo manifiesto: era época de certezas, de buenos y malos, de relaciones sociales evidentes y cristalinas. De un lado de la sociedad, los explotadores; del otro, los explotados. De un lado de la sociedad el mal burgués; del otro, el pobre proletario. De un lado del mundo el imperio; del otro, el país subordinado. La verdad se imponía. Eran los tiempos de la explotación del hombre por el hombre. Eran los tiempos en que la posibilidad de transformar la sociedad estaba al alcance de la mano. Sólo había que reunirse y hacerlo ¿Cuándo se perdió la certeza? ¿Quién terminó con las certidumbres? Contestar “el posmodernismo” es patear la pelota afuera. El posmodernismo no es un hecho social que se impone. El posmodernismo somos nosotros mismos cuando pensamos que las certidumbres han sido socavadas, cuando creemos que las relaciones sociales se han vuelto opacas, cuando consideramos que la sociedad es incomprensible (e intransformable). El posmodernismo es un espíritu de época, una aciaga derrota, una resignación cobarde. No una verdad que se impone. La verdad está ahí afuera. Y sigue siendo evidente. Explotadores y explotados, proletarios, imperio, educación, socialismo. ¿Meras fórmulas vacías? Transformación de la sociedad. ¿Ridiculez anacrónica? La diferencia entre los ’70 y el presente no está en lo que las palabras significan. La diferencia está en nuestra relación con los significados. Las palabras ya no denotan, para nosotros, una verdad objetiva. ¿Es mala la duda? Por supuesto que no. Lo malo es dudar de todo. Esta es una época en que nadie puede tener verdades. Ni siquiera las obvias. Nuestra época fomenta la ambigüedad, el equívoco, las complejidades y matices. La verdad no se dice. Esto puede verse en los medios. Hoy, la única manera de transmitir ideología (o mejor diría, ideales) es ocultándola. Cualquiera que grite a los cuatro vientos lo que piensa sólo provocará sonrisas. CNN o Canal 11 son buenos, serios, mesurados: su ideología está oculta. La radio de las Madres de Plaza de Mayo o Telesur son malos, ridículos, exagerados: su ideología se grita. Estos últimos no saben que las verdades ahora son muchas, y cada cual elige la que quiere. No saben que hoy cualquier verdad es buena.

¿Pero por qué Bombita hace reír? Una vez dijo Alejandro Dolina que el humor era poner una cosa en un lugar que no le corresponde. Esta definición hace que todo anacronismo sea potencialmente gracioso. Bombita es certero: sabe que hay explotadores y explotados, sabe que si se quiere luchar por el socialismo hay que decirlo, sabe que para transformar una sociedad es necesaria la educación popular, sabe que existe una lucha por la liberación de los oprimidos. Bombita lo dice, sin medias tintas, como quien dice una verdad evidente. Como quien dice “salió el sol”, Bombita dice “la clase obrera tiene que luchar por el socialismo”. En su contexto, los ’70, Bombita se convierte en un personaje famoso, querido, estimado. En nuestra época, plagada de cinismo e hipocresía, en nuestra época de verdades a medias, de ambigüedades, de dudas, la verborragia certera y contundente de Bombita mueve a risa. Es anacrónica. Fuera de época. Para Bombita las relaciones sociales son evidentes. Nosotros preferimos ignorarlas. Canciones con ideología, verdades irrefutables... Esperanza. Bombita nos hace reír. Y mucho. Lamentablemente.

martes, 10 de agosto de 2010

Ascos

“Me produjo, mínimo, enojo”, le comenté, reservado y cauto, a un amigo de extensa trayectoria en el periodismo. La columna de Claudio Cerviño (La política y el arte de asquear) en el diario La Nación era el detonante. En verdad, me había generado asco, pero mesuré el calificativo por una posible relación de mi interlocutor. Cerviño, periodista de la sección Deportes, cita a un representante del democrático mundo del polo para entrecomillar el doñarrosismo “el problema no es la política, si no los políticos”, frasea la pavada mayor de que “el deporte y la política no se pueden mezclar” y, oh casualidad, omite el caso del Mundial 78 cuando repasa las relaciones en la historia argentina. A mister Cerviño también le da asquito, escribe, “el vínculo inexorable de ambas esferas” y que se bastardee al lema que pondera “la política no debe mezclarse con el deporte”. No recurriremos a Aristóteles para refutar al señor Cerviño (“El hombre es un animal político”, teorizó el griego). Pero sí recomendaremos como disparador este artículo del periodista Pablo Llonto, que se ríe ante aquellos que pretenden “no mezclar deporte con política”. “Veo que la edad te va moderando -me chicaneó este amigo periodista-. Cuánta ingenuidad o cuánto gorilismo junto. Me produjo vómitos, no enojo. Gente grande. Se creen eso de que somos los fiscales morales de la patria”.

domingo, 20 de junio de 2010

Discriminaciones

No sé cuál es la peor, si la de mi tía la jovata -y heterosexual-, que dice “nosotros, que somos normales” en comparación con los homosexuales, o la de mi vieja, que confiesa que conoce a uno y no te podés imaginar lo bueno que es. “¿Y Belgrano, y Belgrano?”, prepotea mi tía la docente, que asegura que no tenía bien definido qué era. El tío fascista, mientras, cuenta anécdotas de su juventud pura. Todos, al final, hacen chistes. Ya desapareció de la pantalla Pepito Cibrián. El tema de conversación es ahora el Chaqueño Palavecino y su aparente alcoholismo.

martes, 15 de junio de 2010

No me quieras porque gané

Marcelo Bielsa sostiene en su mano derecha una estaca. La tiene que clavar en el lugar predeterminado de la cancha, en pleno entrenamiento de la selección chilena. Empieza a caminar. Marca los pasos, hunde sus zapatillas en el césped, traza el recorrido. La coloca y la extrae, una y otra vez, ofuscado por no hallar el sitio indicado. La escena, de casi un minuto, hasta que incrusta la vara, es una de las imperdibles de Ojos rojos, documental reciente sobre el recorrido de Chile en las Eliminatorias para Alemania 2006 y Sudáfrica 2010. Denota detallismo, búsqueda de la perfección y la linda locura futbolera de Bielsa.
Los directores Juan Ignacio Sabatini, Juan Pablo Sallato e Ismael Larraín captaron esa secuencia en la exclusiva práctica a la que el Loco les permitió ingresar. Instantes de intimidad y puro fútbol, como la única vez que entró una cámara al vestuario, en los festejos de la clasificación a Sudáfrica, en Medellín ante Colombia, no sin la mirada rocosa pero tierna del DT. Ojos rojos, estrenado el 6 de mayo pasado, es un boom del otro lado de la cordillera. En cuatro días se convirtió en el documental más visto en la historia del país, por encima de Salvador Allende, de Patricio Guzmán. Se trata de un film que cuenta mediante la pelota la relación triunfo-derrota de la sociedad chilena, no exenta de nacionalismos y volteretas emocionales.

El registro de los ejercicios en la práctica con las palabras en off del rosarino extraídas de las conferencias de prensa es un acierto de la película. “No me quieras porque gané; necesito que me quieras para ganar”. El trío director se presentó ante Bielsa cuando tomó la selección para comentarle la idea del trabajo, iniciado en 2003. De sus bocas salió la palabra “intimidad”, y el Loco los sacó carpiendo. Pero, a fuerza de sensibilidad, lograron su empatía. Bielsa valoró el proyecto y piensa utilizar la cinta para motivar a sus jugadores en la Copa del Mundo, a lo Pep Guardiola en el Barcelona.

“Buscamos, a través de los matices que nos da el fútbol, como la observación de la reacción frente a la derrota y a la victoria, una pequeña reflexión de parte del espectador, de cómo nos comportamos, para que cada uno saque sus conclusiones”, coinciden Sabatini, Sallato y Larraín, quienes frente al tropiezo de la Roja para Alemania 2006 decidieron darle un giro a la aventura y filmar hasta una clasificación, que fue la siguiente. Así, entrevistaron a personalidades, como al escritor Eduardo Galeano, a Evo Morales -quien confiesa que llegó a ser presidente de Bolivia gracias al fútbol- y a taxistas de América Latina (el argentino, divertidísimo, disecciona los estilos de juego de Basile y Bielsa). También incluyeron la historia de Sergio Riquelme, un humilde reportero radial que hace lo imposible para contarle a su pueblo del Sur el andar de la selección. Un personaje de un cuento de Fontanarrosa, que tras la caída de local ante Brasil fue el único que en la conferencia destaca que, a pesar del 0-3, el planteo fue sólido, ante los colegas de los medios poderosos. “Vive al margen del circo mediático que cubre al fútbol”, suma Sabatini.

La película se estrenó también en México, principal refugio de exiliados durante la dictadura de Pinochet. Lo recaudado sirvió de ayuda para los damnificados del terremoto que jaqueó a Chile. Existe la posibilidad de que arribe a la Argentina. La prensa trasandina recordó que Bielsa es un documental en sí mismo. En parte, lo tiene. El periodista Christian Rémoli, con su productora Koala, rastreó testimonios de las adyacencias del DT en
Bielsa, el hombre de la máscara de hierro. No es entrevistado él, igual que en Ojos rojos. Pero es un buen retrato, que se ve puede ver en YouTube.

Chile vive ahora sumido en un clima de gran esperanza. Y triunfalismo. Aumentó la oferta de plasmas, las encuestas lo dan como ganador de su grupo -España, Suiza y Honduras- por amplio margen, proponen nacionalizar y santificar a Bielsa, Diputados liberó a los trabajadores en los horarios de los partidos, y más. Se asemeja a la Colombia previa a Estados Unidos ´94, que luego asesinó al defensor Andrés Escobar, autor del gol en contra de la eliminación.

“¿Y qué pasará si se pierde? De acuerdo a la experiencia, pedir la cabeza del entrenador, del Santo Bielsa, puede ser poco”, escribió un hincha en el diario ciudadano
El Morrocotudo. “Un día Bielsa va a ser el mejor entrenador que hemos tenido; después lo vamos a crucificar”, adelanta otro, en los primeros tramos de la película y de Marcelo técnico. ¿Cómo reaccionará entonces Chile si se topa con una frustración en un fútbol dominado por el exitismo? “Ojos rojos sabe mejor que nadie que la historia es cíclica, que ahora se está arriba y se volverá a estar abajo. Que habrá que saber caer, y volver a aceptarse tal cual somos, jugando como nunca y perdiendo como siempre”, aporta Sebastián Kohan, uno de sus productores. “Deberíamos aclararle a la mayoría que el éxito -dice Bielsa como apertura del film- es una excepción, y que los seres humanos sólo de vez en cuando triunfan”.

Nota publicada el 9 de junio de 2010 en el diario Tiempo Argentino

miércoles, 9 de junio de 2010

Vértigo

El Bocha y Leonel hacían unos pasesitos en la cancha del predio de Independiente en Villa Dominico. El pibe jugaba con un hermano del Bocha en las inferiores del Rojo.

Leonel se sorprendió: Ricardo Enrique Bochini, el Charles Chaplín del fútbol argentino, era malo para los jueguitos. No lo creía. Pero aguardó. Esperó el momento para sacarse la duda.

Pasó una semana, cuenta Leonel, y le preguntó si no sabía o si no le gustaba. “A ella -le señaló la pelota el Bocha- no le gusta. No le gusta que la levantes. Le da vértigo”.

La rica historia la conocí en un comentario de Dibuje Maestro, el blog en ocasión de Sudáfrica 2010 que comanda el periodista Enric González en el diario El País. Y tengo apuntes variados al respecto:

a) La utilidad de los comentarios de las notas. La gran mayoría son barrabasadas, insultos y descalificaciones; pero también hay una porción que puede ser fuente de información y termómetro anímico. Antes, mucho antes, está la calle, nuestros oídos y ojos, por supuesto. Pero, sí, valía un comentario.

b) Las crónicas futboleras de Enric, y más en esta época de mundialitis aguda, en la que ya se escuchó al comunicador Marcelo Grandio, de Fox Sports, decir que en el país anfitrión “va costar encontrar a un blanco” y emparentar la criminalidad con negros. O, simplemente, prender la TV y ver las pavadas cotidianas de ciertos cronistas en su viaje de egresados, con tanto por contar en una nación poco abordada y que tuvo al excelente aperitivo de El Factor Humano, libro de John Carlin en el que se basó el film Invictus. González, a paso cansino pero sanguíneo, viene con una promesa bajo el brazo: hablar del “juego más hermoso” del mundo.

c) Y a colación del blog del español, apuntar otro. Hablemos de Maradona, de Daniel Arcucci. Y también, por qué no, la tarea que están desarrollando en La Nación Deportiva y en la web de Cancha Llena. Hace un año, le pregunté a Arcucci, Secretario de Redacción del matutino, por qué el suplemento deportivo es considerado por muchos periodistas como el mejor y cómo se planifica la cobertura de un gran espectáculo deportivo, por caso, esta Copa del Mundo.

martes, 8 de junio de 2010

Crítica tuvo su edición el Día del Periodista

Conservo aún el primer número de Crítica, “el último diario de papel”, que venía a la carga en marzo de 2008 con la dirección -y participación accionaria- de la marca Jorge Lanata. El diario, pienso, es el medio más apasionante de construir. Lo seguí a Crítica, disfruté de grandes artículos, de notas que lo distinguían.

(clic en la imagen para leerlo)

Y me entristecí cuando los síntomas de cierre comenzaron a detectarse (pagos atrasados de sueldos, la primera vez que el diario no salió a la calle, el retiro de infraestructura). Por eso, y por mucho más, me identifico con la lucha por su continuidad y celebro esta nueva edición, que pone los patitos en fila desde su nombre: Crítica de los trabajadores.

miércoles, 2 de junio de 2010

Pelotudos

Fueron los comentarios que dejé en ciertos blogs. Segunda "mala palabra" para titular un post. La anterior oración es excusa para el clic. Y la cuarta y anteúltima, para sumar una grosería más, al preguntarme a quién carajo le importa y, así, actualizar esta bitácora, palabra que me recuerda a la serie Fantasma escritor. El sentido de estas letras está en sus cabecitas.

miércoles, 5 de mayo de 2010

¡Salvemos al diario Crítica!

El próximo viernes 7 de mayo, a partir de las 14.30, frente a la puerta del diario Crítica de la Argentina, Maipú 271, realizaremos un acto por la defensa de los casi 200 puestos de trabajo existentes en el matutino.

La continuidad de este medio de comunicación se encuentra en peligro, principalmente, por una irresponsable conducta empresarial que desde hace siete meses mantiene en zozobra a nuestras familias. Este estado es el producto del pago con ostensible demora y en cuotas de nuestros salarios y de la deuda de hasta ocho meses acumulada con los compañeros colaboradores permanentes y externos.

A la fecha, Papel 2.0, editora de Crítica de la Argentina, no abonó aún una parte de los haberes de marzo y, lo peor, no ha dado ninguna garantía ni certeza de que pagará los correspondientes a abril. Esta patronal no hace más que reiterar lo que viene haciendo constantemente desde octubre de 2009: infringir las leyes laborales vigentes, incumplir acuerdos y actas firmados en el ámbito del Ministerio de Trabajo y violar los cronogramas y plazos anunciados por ella misma, erosionando así toda credibilidad hacia ella de parte de sus trabajadores.

Las afirmaciones de que el accionista mayoritario (el español Antonio Mata) "no pondrá un peso más" y la pretensión de que sólo cobraremos si ingresa el dinero que desde distintos estamentos oficiales se le adeuda al diario por publicidad hacen que nuestra fuente de trabajo se halle en serio riesgo. Es la misma incertidumbre que sobre nuestro futuro nos genera la asamblea de accionistas convocada para el 12 de mayo, así como también las mutuas acusaciones entre los dos propietarios: el citado Mata y el empresario farmacéutico Marcelo Figueiras.

Los trabajadores de Crítica de la Argentina venimos sosteniendo un paro ante esta situación. Paralelamente, necesitamos ampliar la difusión de nuestra lucha y sus razones, en razón del bloqueo informativo que existe en los grandes medios y monopolios cada vez que trabajadores de prensa aparecen involucrados en algún conflicto laboral.

Por eso les pedimos a los trabajadores de prensa, a las comisiones internas y agrupaciones de prensa y a todas las organizaciones políticas, sociales y culturales que concurran masivamente al acto, colaboren con nuestro fondo de huelga y difundan el peligro que corre la fuente laboral de casi 200 familias.

Asimismo extendemos la convocatoria a los lectores. Ellos nos han acompañado durante los veintiséis meses de existencia del diario y ahora les pedimos que se pronuncien por su continuidad. Sólo de este modo tendrán vigencia la libertad de expresión y el derecho al trabajo y a cobrar dignamente por él.

COMISIÓN INTERNA DEL DIARIO CRÍTICA DE LA ARGENTINA
comisioninterna.criticadigital@gmail.com
Martina Noailles, Edgardo Imas, Luis María Herr y Alejandro Bercovich
156-562-6566 / 156-104-8205 / 156-844-4310

domingo, 2 de mayo de 2010

Fútbol de mierda

Ese era el título, pero no importa. El debate reavivado por el desafío de estilos entre Barcelona e Inter de Milán suscitó análisis y cruces dialécticos enriquecedores. El juego y las maneras de ganar otra vez en el centro de la discusión. El periodista Daniel Lagares, en el Clarín del día siguiente al partido, fue al hueso. El Inter, José Mourinho y su Gran Muralla es justo finalista de Champions, pero que lindo es escribir que ese modo defeca sobre la alegría, el placer y el disfrute del fútbol, aunque sea en italiano.

"Attenti ai ladri", viene el Inter
Por Daniel Lagares

Todas las armas fueron legítimas. No pegó. Demoró sin abusar de la pérdida de tiempo. Usó la táctica que creyó más conveniente a su estrategia. Perdió, pero ganó. Todo bien, todo legal. Pero que no se diga que eso es fútbol. No jugó, no quiso jugar. Nunca. Esa fue la estrategia. Los que sólo reconocen a los ganadores, ahí tienen al Inter. Ganó. ¿Y?

Sería injusto afirmar que el del Nou Camp es su estilo, pero que el no-juego fue consecuencia de la expulsión de Motta resulta inaceptable. El crimen de lesa fútbol fue tramado con premeditación y alevosía. No faltará el audaz que equipare a este Inter de Mourinho con aquel de Helenio Herrera pensado para matar en ataque desde el contragolpe. Jugaba, ese "Grande Inter" de los '60, aunque su "calcio" no gustara a todos. Este no es calcio ni nada. No es. Es un "calcio di ladri, un calcio di merda".

lunes, 26 de abril de 2010

Vuelve Tinelli

Marcelo, el Cabezón, el gomazo, el icono mediático, regresa en breve al espectáculo de la TV argentina. El propietario de tierras mapuches en la Patagonia, dueño de una productora y monarca de la Liga Argentina de Voleibol, retorna con su sello particular que avala "una jodita para Showmatch" a costa de, por ejemplo, esto, o sea ser cómplice junto a funcionarios locales en "una broma" que tiene en estado de alerta a los pobladores de la Isla Apipé de Corrientes. Supuestos empresarios canadienses les dijeron que debían desalojar su lugar porque había sido vendido. Todo era una curiosa "acción solidaria".

jueves, 15 de abril de 2010

Breve historia

Tengo la colección completa de la revista Un Caño. Y siempre me ufano de eso. La primera temporada. También la segunda, por supuesto, sino no sería completa. Pero en la primera me quiero ahora centrar. Recordar y evocar. Cuando leía las notas, una firma en especial me resplandecía: la de Ezequiel Fernández Moores. “Qué información brinda este tipo; y qué bien escribe”, me decía. Pasó el tiempo. Empecé a cursar en la escuela de periodismo DeporTea. Entré a la redacción inaugural. Y por una causalidad conocí a Ezequiel. Charlamos, compartimos experiencias e inquietudes y quedamos en intercambiar unos documentales deportivos. En la segunda vez que nos vimos, a principios de 2009, me tiró la propuesta generosa. Hoy, es Breve historia del deporte argentino, su segundo libro, en el que colaboré. Que lo disfruten, que lo critiquen.

miércoles, 24 de marzo de 2010

El inquieto Miguel


“Muy inquieto, muy inquieto; no estaba un instante quieto”, repite y sonríe en el recuerdo Osvaldo Suárez, ex maratonista y ex entrenador de Miguel Sánchez, el atleta desaparecido el 8 de enero de 1978 que se movía y removía ante la injusticia, y que hoy es carrera y bandera de la memoria de una generación masacrada en la última dictadura militar. DAK Producciones y la Universidad Nacional de Quilmes se encargaron de rescatar su historia y registrarla en 2006 en un mini documental. Se trata de Para vos, atleta (Miguel Sánchez), de Cristian Verón, Marco Molina y Juan Nahabedían. “Este trabajo -coinciden- muestra a Miguel como atleta, a Miguel como poeta y a Miguel como militante de la Juventud Peronista”. Para no olvidar, para no perdonar y para exigir Justicia, un 24 de marzo.

martes, 23 de marzo de 2010

El Cuarteto pizpireto

Roberto Musso tiene en su voz una cadencia semejante a la de un relator de fútbol rioplatense. Es uno de los cantantes de El Cuarteto de Nos, vieja banda de rock uruguaya que se popularizó hace unos años en Latinoamericana. Y, tal vez por eso, me llegó ahora su música.

Me resultó inédita y reveladora, porque todavía se puede crear un estilo. No se parecen a estos o aquellos: son. Sus temas cuentas historias atípicas, locas. No bajan línea. En sus entrelíneas radica el mensaje. El Cuarteto de Nos es un grupo lisérgico, reconocido como humorístico, aunque cualquier etiqueta les sienta mal. “Es una música que te enamora. Y vos estás en ese camino”, me dijo un compañero que estuvo el sábado a la noche en San Justo, donde se presentaron. Veremos.

Ah, y a colación del comentario sobre Musso, observen como Bob Roberts, nuestro corresponsal deportivo, nos informa acerca de los cambios idiomáticos que se vienen con la invasión de Gran Bretaña a Uruguay.


martes, 23 de febrero de 2010

Clara, Chicha y Licitra

Clara y la oscuridad, por Josefina Licitra, hoy, en la contratapa de Crítica de la Argentina. La imagen corresponde al correo citado en el artículo.

Clara Anahí Mariani nació el 12 de agosto de 1976. Tenía, desde un primer momento, un cuerpo y un nombre. Y padres. Su mamá se llamaba Diana Teruggi y estudiaba Letras. Su papá, Daniel Mariani, era economista. Ambos vivían en La Plata, la ciudad donde se conocieron, donde compraron una casa modesta –ubicada en la calle 30 entre 55 y 56–, donde tuvieron una hija, donde fueron asesinados y donde Clara Anahí Mariani desapareció.

Ocurrió el 24 de noviembre de 1976. Clara tenía tres meses. Esa mañana Diana se preparaba para llevarla, como todos los lunes y los miércoles, a la casa de su suegra. Pero nadie llegó a ninguna parte. En algún momento, la casa fue rodeada por tanques de guerra, helicópteros, patrulleros y doscientos miembros del Ejército. Todos estaban al mando de Ramón Camps –entonces jefe de la policía bonaerense– y querían sangre. No queda claro si alguien dijo “ahora”. Sólo se sabe que la balacera reventó hasta el alma de las cosas. Y que Diana pudo, tras la primera descarga, esconder a Clara en una bañera, bajo una pila de almohadones.

En la casa de Diana, Daniel y Clara funcionaba una imprenta de Montoneros, a la que se accedía de un modo solapado. Allí se editaba la revista Evita y una serie de publicaciones que echaban algo de luz sobre las muertes, las torturas y las desapariciones que eran fantasmas innombrables por buena parte de los medios de comunicación. Se sabe que al gobierno militar cierta prensa le molestaba mucho, entre tantas otras cosas que también le molestaban mucho.

Diana fue acribillada bajo un limonero. En la unión de dos paredes –un rincón donde hoy se concentran decenas de agujeros de bala– fue asesinado Daniel Mendiburu Eliçabe, el marido de Feli, el papá de Pablito, el hermano de Fideo y Cali (Feli, Pablito, Fideo, Cali: los nombres de una parte de mi infancia; los compañeros de exilio de mi padre). También mataron a Roberto César Porfirio, Juan Carlos Peiris y Alberto Oscar Bossio, y volaron ventanas a punta de bazucas porque, en fin, a los militares les gustaba el tema de llegar de a cientos y en tanque, aunque “el enemigo” consistiera en cuatro personas y un bebé.

Los únicos que no murieron esa tarde fueron Daniel Mariani –no estaba ahí, aunque sería asesinado ocho meses después– y Clara. Su llanto se escuchó cuando llegó el silencio. Y después no se escuchó otra cosa. Clara fue entregada a Ramón Camps y desde entonces crece en otra familia. Tiene mi misma edad: 34 años. Y un nombre que no es el suyo. Como todo lo demás, que tampoco es suyo. No tener nombre es no tener nada.

La abuela de Clara se llama María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, es fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo y está viejita. Así lo dice el mail que recorre las casillas de muchísima gente estos días: a los 87 años, Chicha Mariani está viejita y, como todos los viejos, tiene la urgencia de los asuntos pendientes. Chicha busca a su nieta desde que encontró sus ropas mínimas entre los escombros de la calle 30. Un comisario le confirmó, en ese momento, que su nieta estaba viva y que había sido colocada “muy alto”. Lo mismo le dijeron un monseñor y un capellán de La Plata. Chicha, entonces, llegó lo más alto que pudo. Tiene varios motivos para sospechar que su nieta podría ser Marcela Noble, la hija apropiada de Ernestina Herrera de Noble.

No es fácil. No va a ser fácil. Chicha tiene 87 años y está viejita.

Quizás algún día yo también sea abuela. Pero por ahora la cuestión del afecto es sólo esta suposición: cuando veo a mi madre querer a mi hijo, intuyo que el amor por un nieto es muy superior al mito alcanforado de la “tercera edad”. Lo más preciado de lo más preciado: eso será un nieto. Un número elevado a su propia potencia, un último y desesperado aprendizaje.

Hoy hay 400 Abuelas de Plaza de Mayo –nacidas en 1977 como Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos– buscando el único eslabón que las tiene atadas a los días. Morir sin encontrarlo, en el fondo, es haber vivido en una especie de inframundo. ¿Entonces es posible morir más de una vez? Claro que sí. Ellas saben que sí.

"Está comprobado que sobreviviste y estás en poder de alguien. Ya tienes 34 años y tu número de documento probablemente sea cercano al 25.476.305 con el que te anotamos. Yo quisiera pedirte que busques fotos de cuando eras bebé y las compares con las que acompañan este texto (…). A mis más de 80 años mi aspiración es abrazarte y reconocerme en tu mirada, me gustaría que vinieras hacia mí para que esta larga búsqueda se concretara en el mayor anhelo que me mantiene en pie, el que nos encontremos”.

Eso, en síntesis, dice la carta que hoy circula por la web. Dice, además, que el tiempo es poco, que hay que difundirla pronto y que todas las vías valen la pena. Ésta incluida.