Ese era el título, pero no importa. El debate reavivado por el desafío de estilos entre Barcelona e Inter de Milán suscitó análisis y cruces dialécticos enriquecedores. El juego y las maneras de ganar otra vez en el centro de la discusión. El periodista Daniel Lagares, en el Clarín del día siguiente al partido, fue al hueso. El Inter, José Mourinho y su Gran Muralla es justo finalista de Champions, pero que lindo es escribir que ese modo defeca sobre la alegría, el placer y el disfrute del fútbol, aunque sea en italiano.
"Attenti ai ladri", viene el Inter
Por Daniel Lagares
Todas las armas fueron legítimas. No pegó. Demoró sin abusar de la pérdida de tiempo. Usó la táctica que creyó más conveniente a su estrategia. Perdió, pero ganó. Todo bien, todo legal. Pero que no se diga que eso es fútbol. No jugó, no quiso jugar. Nunca. Esa fue la estrategia. Los que sólo reconocen a los ganadores, ahí tienen al Inter. Ganó. ¿Y?
Sería injusto afirmar que el del Nou Camp es su estilo, pero que el no-juego fue consecuencia de la expulsión de Motta resulta inaceptable. El crimen de lesa fútbol fue tramado con premeditación y alevosía. No faltará el audaz que equipare a este Inter de Mourinho con aquel de Helenio Herrera pensado para matar en ataque desde el contragolpe. Jugaba, ese "Grande Inter" de los '60, aunque su "calcio" no gustara a todos. Este no es calcio ni nada. No es. Es un "calcio di ladri, un calcio di merda".
domingo, 2 de mayo de 2010
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