miércoles, 9 de mayo de 2018

El jockey

El jockey llegó a la puerta del comedor; al cabo de un momento se hizo a un lado y permaneció inmóvil, con la espalda pegada a la pared. La sala estaba a rebosar, pues era el tercer día de la temporada y todos los hoteles de la ciudad estaban llenos...

Examinó el comedor hasta que al final su mirada descubrió una mesa situada en un rincón, en diagonal desde donde se encontraba, en la que había sentados tres hombres: un entrenador, un corredor de apuestas y un ricachón. El entrenador era Sylvester, un sujeto grande, no muy recio, de nariz encarnada y unos ojos azules y lentos.

Fue Sylvester el primero que vio al jockey. Sylvester se volvió hacia el ricachón.

—Si se come una chuleta de cordero, una hora después todavía puedes ver la forma en su estómago. Ha llegado un momento que es incapaz de sudar lo que lleva dentro...

Extracto de «El jockey», un relato publicado por primera vez en The New Yorker el 23 de agosto de 1941, y escrito por Carson McCullers cuando tenía 24 años.

No hay comentarios.: