Hay que leer a otros escritores para ver cómo lo hacen (cómo evitan la manipulación abierta), o leer libros sobre el arte de escribir –hasta los peores pueden ser de cierta utilidad–, y sobre todo, hay que escribir, escribir y escribir. Antes de abandonar este tema permítaseme añadir que cuando el joven novelista lea libros de otros escritores, debe hacerlo no como lo haría el universitario especializado en literatura, sino como lo haría un novelista. El primero estudia la obra para comprender y valorar su significado, para ver de qué forma se relaciona con otras obras de su época, etcétera. El joven escritor debe leer tratando de averiguar cómo lo hace el autor para crear los efectos que consigue, de captar sus procedimientos, incluso pensando qué habría hecho él en la misma situación y si su manera de hacerlo habría dado mejor o peor resultado y por qué. Tiene que leer con la misma actitud que el arquitecto novel al mirar un edificio, que el estudiante de medicina al presenciar una operación, con devoción y espíritu crítico al mismo tiempo, deseando aprender de un maestro y atento a cualquier error posible.
Para ser novelista, John Gardner, 1983
sábado, 9 de marzo de 2019
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