Para mí, la imagen sintética más fuerte es la de Roberto Baggio en el banco. Me explico: cuando un deporte, debido a un montón de motivos, se transforma hasta el punto en que se vuelve sensato no hacer saltar al campo a su punto más álgido (el talento, el artista, la excepcionalidad, lo irracional), entonces es que algo ha ocurrido. ¿Qué deporte sería el tenis si John McEnroe no estuviera entre los cien primeros? En la tristeza de los números 10 sentados en el banco, el fútbol refiere a una mutación aparentemente suicida.
Los bárbaros. Ensayo sobre la mutación, Fútbol, Alessandro Baricco, 2006
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