Cuando estuve en Berlín hace cuatro años, me invitaron a una escuela de escritores; y me pidieron que pronunciase un discurso. Dije: lo primero que tienen que hacer, si es que quieren ser escritores, es salir de aquí por las puertas o por las ventanas, da igual, pero huyan enseguida, porque no se puede aprender a ser escritor y no se les puede dar ningún consejo, como tampoco se puede dar instrucción a un escritor. El escritor no existe, todo el mundo es escritor, todo el mundo sabe escribir. Si se escribe una carta a la novia, se hace literatura; incluso, diré más: cuando se habla o cuando se cuenta una anécdota, se hace literatura, siempre es lo mismo. Por lo tanto, pensar que la literatura es una especialidad, una profesión, es una inexactitud. Todos somos escritores. Hay personas que no han escrito en toda su vida y, de golpe, hacen una obra maestra. Los otros son profesionales, que escriben cuatro libros al año y publican cosas horribles.
Autobiografía sucinta, textos y entrevistas, Witold Gombrowicz, 1972
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