Recuerden también esa palabra poco usada que acaba de salir del empleo público y privado: ternura. No les hará mal. Y esa otra palabra: alma -llámenla espíritu si quieren, si así es más fácil la reivindicación territorial. No la olviden tampoco. Préstenle atención al espíritu de sus palabras, de sus actos. Ésa es una preparación suficiente. Y no más palabras.
La vida de mi padre, Meditación sobre una frase de Santa Teresa, Raymond Carver, 1984