lunes, 6 de abril de 2020

9. Centrodelantero

El fútbol como pandemia

9. Centrodelantero

En cuarentena, Gabriel Batistuta, siempre capocannoniere, se disciplina como cuando era un chico que le preparaba el mate y lustraba los zapatos a su papá.

Vivianne Miedema, goleadora de la selección holandesa, no festeja sus goles porque, como dijo Cruyff, “no hay que enseñar lo bueno que eres: hay que jugar”.

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Durante los doce años que jugó en el calcio fue la idea del N° 9 goleador, un verdadero capocannoniere. Cuando le preguntaron sobre el segundo gol de Diego Maradona a los ingleses en México 86, Gabriel Omar Batistuta respondió: “Yo hubiera pateado tres veces antes. Desde 30 metros, desde 25 y dentro del área. Jamás hubiera gambeteado al arquero”.


Batistuta tenía el arco entre ceja y ceja. Por este motivo, eligió a Francesco Totti y a Maradona como los dos mejores futbolistas con los que jugó. Al eterno capitán de la Roma, porque “sabe lo que el atacante quiere”. Y, al Diego, porque “lo único que tenía que hacer era estar atento para ver cuando él alzaba la cabeza. Ahí, hacía el movimiento”.


Totti y Batistuta jugaron alrededor de 60 partidos juntos. Maradona y Batistuta, tan sólo diez. Los tres jugadores conocen a la perfección el fútbol italiano, cada uno es poco más que un rey en la ciudad en la que jugó: Roma, Florencia y Nápoles.


“En Italia, los jugadores entrenan para defender. Gabriel hizo que los defensores italianos se mostraran ridículos”, lo definió Maradona. Y Totti no se quedó atrás. Hace algunos años, cuando le preguntaron sobre el compañero que más lo había impresionado, no dudó en responder: Batistuta.


Cuando tenía 16 años, un día de lluvia, Batistuta se levantó a las cinco de la mañana, puso la pava en el fuego y preparó el mate. Después, agarró el cepillo y la pomada, y dejó todo preparado para que su papá se levantara, tomara unos mates, se calzara los zapatos y se fuera a trabajar.


Durante la cuarentena, circuló un video sobre el día en que la Roma le prometió -si dejaba la Fiorentina- la camiseta N° 9, la cinta de capitán y pelear el campeonato.


De las tres promesas romanistas, a Batistuta sólo le interesó la última. Durante su primera temporada, usó la 18 y Totti, la cinta de capitán. Cuando le preguntaron el porqué, el goleador argentino respondió: “Eso es lo que llamo disciplina, la que nunca me permitió abandonar y siempre me permitió mantener el ego en el lugar que correspondía. La misma disciplina que aplicaba todos los días para levantarme, preparar el mate y lustrar los zapatos”.


Por Delfina Corti


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Aunque cada vez le cuesta menos, a Vivianne Miedema no le gusta festejar sus goles: “No lo hago por respeto a mis rivales”. En el Mundial de Francia 2019, sin embargo, su segundo gol ante Camerún en la fase de grupos, el 3-1 final, le valió una voltereta en el aire: con ese gol, Miedema se convirtió en la máxima goleadora histórica de las selecciones de Holanda. Es decir, superó a Robin van Persie (50 goles), su ídolo del Feyenoord, con el que se sacó una foto de pequeña, y a Manon Melis (59). Miedema, goleadora silenciosa, el Nº 9 en la camiseta naranja, tiene apenas 23 años. Y 69 goles en 88 partidos.


-¿Estás en una relación? -le preguntó un periodista de la TV holandesa en 2019.
-Sí -respondió ella.
-¿Y es un chico malo o el yerno ideal?
-¿Cómo?
-¿Que si es un chico malo o el yerno ideal?
-Bueno, no es el yerno ideal, pero sí que es la nuera ideal.


Ahora, Miedema pasa la cuarentena en Londres, junto a Lisa Evans, su novia y compañera en el Arsenal. Hace unos días, en una entrevista a través de un vivo en Instagram con 433nl, le preguntaron quién era mejor futbolista, si la estadounidense Alex Morgan o la brasileña Marta. “Por el momento -dijo-, Alex Morgan. Es una verdadera Nº 9”. Miedema es, según la revista Forbes, una de seis deportistas europeas que marcan el futuro, por “su calidad como futbolista, por ser autora de libros infantiles y por su defensa de los derechos de la mujer y de la comunidad gay”.


El escritor argentino Fabián Casas dice que Holanda no tenía una tradición futbolística a mediados de los 60, antes de que el entrenador Rinus Michels cambiase primero la historia del Ajax y luego de la selección. Porque Michels, dice Casas, tomó elementos de otros deportes, como el handball y el hockey -movimiento permanente y ataque coordinado-, y los aplicó al fútbol. “Al no tener tradición, le podés robar a todos”. Miedema, quien practicó tenis, creció con una madre jugadora de hockey sobre césped a nivel semiprofesional. Pero también con un padre futbolero. Lars Miedema, su hermano, ya debutó en el FC Den Bosch. Como centrodelantero.


En el Mundial 2019, la Holanda de Miedema perdió la final ante la local Francia. Otra selección holandesa, como la masculina en Alemania 74  y Argentina 78, que acariciaba la Copa. Subcampeona. Una vez le preguntaron a Johan Cruyff qué pasó en 1974, por qué después de empezar con un gol de penal a los 2 minutos tras una jugada de arranque con 16 toques en 56 segundos, sin que los rivales tocasen la pelota, Alemania había dado vuelta la final y ellos nunca habían podido reponerse.


“Entre dominar y enseñar hay poca diferencia -respondió Cruyff-, pero significa mucho. No hay que enseñar lo bueno que eres: hay que jugar. ¡Nos gustamos de nosotros mismos! ¡Estábamos tan contentos con nosotros que era imposible ganar! Eso está un poco en nuestro carácter”.


Quizás también por eso Miedema prefiere no festejar sus goles.

Por Roberto Parrottino

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