Ese domingo estaba en una calle empedrada de Banfield.
A la sombra de algunos árboles.
Era noviembre.
Tenía siete años.
Mi abuela había sido derivada a una clínica de ese mundo desconocido.
Mi mamá, con ella.
Y yo con mi viejo, en la vereda, escuchando Boca-Unión por la radio.
Le pregunté: "Pa, ¿es el Riquelme de Videomatch?".
Muchas cosas cambiaron.
La magia de Román, no.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario