martes, 15 de marzo de 2011

Maravilla

Sergio "Maravilla" Martínez es una anaconda. Si usted no entiende mucho de boxeo, imagínese a ese reptil que mueve su cabeza precipitándose y que, cuando cree que es el instante, se abalanza hacia la presa. Bueno, el boxeador de Quilmes no hace tintinear su lengua ni asfixia a su rival: suelta su golpe -el cross de izquierda- tantas veces como sean necesarias para derribarlo. Lo hizo el domingo pasado, ante el ucraniano Sergiy Dzinziruk, en Mashantucket, EE. UU. Fue, también, un poema de un arte de pocos.

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