sábado, 15 de abril de 2017

Bardo

Nos reímos, los dos ahora. Con asquerosa naturalidad. Llenos de adultez, maduramente considerando los dos (pero sobre todo yo) a un conscripto el último día de su primer franco, conscripto que le dice a su novia en el andén catorce de Constitución la frase del siglo. El conscripto hace versos, cita a William Blake, tiene por delante un tren nocturno lleno de cantos de conscriptos, patas de pollo, olor a pis, empanadas, voces en falsete gritando traela al regimiento, o boludo, o por qué no le preguntás qué hace mientras vos limpiás caca en las caballerizas. Momento en que el Bardo majestuosamente musita que hay días, días en que me canso, días como hoy en los que tengo miedo de matarme. Y ella pregunta: "¿Qué?". Y él: "Nada, una especie de verso de Neruda". Y ella: "Es que no te oí, por el ruido". Y él: "Que a veces quiero matarme, escuchás". Y ella: "Sí, ahora sí pero no grites". Y él: "Me gustaría saber de qué te estás riendo". Y ella: "De que estamos gritando como locos, y que todos nos miran". Después, besándome un ojo: "Y que vos no vas a matarte nunca, subí".

Crear una pequeña flor es trabajo de siglos, Abelardo Castillo, "Cuentos completos", 2003

No hay comentarios.: