viernes, 9 de marzo de 2018

Los relatos del yo

Son formas de resistencia de los sujetos a esa especie de dinámica de la información que circula de modo impersonal y frente a la que uno es simplemente un espectador, un espectador que está viviendo una serie de cuestiones y descifrándolas a su manera. Esos que se llaman "los relatos del yo", "la presencia del yo", incluso en Facebook, más allá de mis distancias con el Facebook, que no tengo; pero me doy cuenta que ahí hay un intento de convertir en experiencia, aunque sea una experiencia trivial. Alguien pone su foto, pone a sus amigos. Eso, me parece, es un intento, en el medio de esta circulación alucinatoria de posibilidades de información; es un intento de centrar en la experiencia del sujeto, es la manera de abrir ese campo. Entonces, miro con mucho interés ese tipo de experiencias, desde Twitter hasta los mails, hasta los blogs y Facebook. Me parece que son rastros de una crisis del periodismo. Esa idea de que hoy los periodistas son los intelectuales sería una prueba de que el periodismo está en crisis, en realidad... Porque se encuentra muy acorralado por la circulación de información y por los modos en que la información que circula por Internet produce movimientos, alternativas sociales. Una de las marcas es esta idea de la subjetivización: traer los problemas al espacio donde el sujeto se mueve para que el sujeto tenga una experiencia que le permita no sólo descifrarlos sino comunicar frente a un discurso que tiende a ser impersonal. Por supuesto, los matices, lo sabemos: es cierto que las crónicas, que podemos asociarlas con Mansilla, como decía María Moreno, o podemos pensar en Hemingway como uno de los grandes escritores que en un momento dado empezó a escribir relatos de no ficción, utilizando estos elementos de crear situaciones que pudieran ser comprendidas subjetivamente y, a partir de ahí, comprender luego la guerra, o comprender elementos que parecen escapar. En definitiva, Walter Benjamin lo que dijo es que si el relato y la narración estaban en crisis, es por exceso de información. Hay que mirar con mucho interés, porque se está produciendo eso, no solamente en las nuevas tecnologías, sino en ciertas líneas de la literatura argentina contemporánea, donde también hay relatos muy personalizados de las experiencias de las Malvinas o las experiencias de las crisis económicas, que son maneras de fijar la experiencia histórica en un lugar que tenga que ver con individuos específicos y concretos. Esa ha sido siempre la tradición de la novela.

Ricardo Piglia, en Escenas de la Novela Argentina (2012)

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