El fútbol no sólo consiste en ganar. Por lo general, consiste en perder. Tiene que ser así. Pero lo más extraño del fútbol no es la derrota como tal. Como he dicho antes, lo que te mata no es perder. Lo que te mata es la esperanza renovada. La esperanza al inicio de cada nueva temporada. La esperanza que viene a hacerte cosquillas en los pies, hasta que te das cuenta de que, como dice la poeta y experta en el mundo clásico Anne Carson, tienes las plantas de los pies ardiendo. A menudo, el fútbol puede representar una experiencia injusta, donde de manera plenamente justificada sientes que la derrota se ha debido a los errores arbitrales, al estado del terreno de juego o simplemente al mal tiempo. Pero a veces resulta simplemente que un grupo superior de jugadores le ha dado un repaso a tu equipo. Es otro tipo de dolor, el que brota cuando te das cuenta de que tu equipo no es lo suficientemente bueno. Pero el cosquilleo de la esperanza sigue vibrando y quemándote la planta de los pies.
En qué pensamos cuando pensamos en fútbol, Simon Critchley, Sexto Piso, 2018
No hay comentarios.:
Publicar un comentario