sábado, 30 de octubre de 2010

De Diegos, de mafias, de Nápoles

Amor después del amor. En su última visita al San Paolo, en 2006.
"No pueden entender lo que se han perdido". La frase, pintada en una pared externa del cementerio de la ciudad, ilustra el éxtasis. Los fanáticos vivos les hablan a los difuntos. Napoli gana el Scudetto de la temporada 1986/87, el primero de su historia. Diego Maradona, a quien se perdían los destinatarios de la frase, hacía vivir un sueño a Nápoles. San Gennaro, el revolucionario Masaniello y el actor y poeta Totò tenían un nuevo compañero de devoción.
La historia del graffiti a los muertos es registrada en el documental italiano Ho visto Maradona, uno de los múltiples trabajos cinematográficos sobre su figura. Stefano Ceci, un amigo napolitano de Diego, da su testimonio en el sugestivo film argentino Amando a Maradona. Ceci imita su corte de pelo, modo de hablar, ademanes y tiene los mismos tatuajes en la piel.
"Nunca lo olvidamos porque tocamos el cielo con las manos", dice Stefano, y canta en su auto “¡Napoli, Napoli, forza Napoli!”. Ama a Maradona, como invita el título de la cinta-homenaje. “Antes de Diego -cuenta un cocinero de un clásico restaurante portuario- Nápoles nunca había sido una ciudad importante. Desde que se fue, perdimos todo. Ahora es el desprecio de Italia”.
La película La mano de Dios, en cambio, muestra a un Maradona enfermo y amigo de la Camorra. La parte de su historia que muchos deciden saltear. Y que otros, peor, dedican páginas de infamias, como lo hizo El Gráfico dirigido por el periodista Aldo Proietto en 1991, cuando retrató su detención en el departamento de Caballito con testimonios y datos falsos.
Maradona, es cierto, encandiló a una ciudad pobre del Sur italiano por su aura de ídolo rebelde y por los éxitos deportivos, pero también por la magia del juego. El fútbol en estado celestial. Las imágenes de sus trucos -golazos, apiladas, caños, sombreros- inundan cualquier repaso fílmico de su trayectoria en las canchas.
En 1989, en el calentamiento previo a la semifinal de vuelta de Copa UEFA ante Bayern Munich, bailó al ritmo de Life is life, la canción de Opus, el grupo del momento: salía por los altoparlantes del estadio Olímpico de Berlín. Asombra mirar hoy en YouTube cómo combina movimiento y música con la pelota de compañera. No es una publicidad de Nike ni Cristiano Ronaldo.
El lazo eterno entre Maradona y Nápoles promete un nuevo capítulo. La tierra prometida espera al “argentino por error”, como lo definió un tifosi. Ahora en el rol de director técnico. El actual DT de Napoli, Walter Mazzarri, puso incluso su cargo a disposición de Diego ante los rumores de la prensa. “Si bajase 20 kilos -ironizó en julio pasado- hasta le encontraría un puesto”. En Nápoles, hoy la ciudad más violenta de la Unión Europea y el basurero de Italia, ya estiran la agonía.


Nota publicada en la revista Nos Digital (están invitados a darse una vuelta).

1 comentario:

Cronista Clandestino dijo...

Muy buena nota. A mi entender el fenómeno más impresionnate y rico. Fútbol, rebeldía; y tantos otros componentes que lo harán un mito, eterno.