–Rossi, en ese partido que jugaron y perdieron como perros, no tendría que haber jugado. Tenía así el dedo gordo del pie.
–¿Con Checoslovaquia, en el Mundial de Suecia, en el 58?
–Lo llenaron de goles. El tipo no podía patear. Por más que gritara, y los hacía correr, porque él era el técnico adentro de la cancha. Pero… ¿Por qué no dejaron a los jugadores que tendrían que haber ido? El grupo ese que clasificó, ese que vaya.
–¿No fueron por el técnico?
–¡No! El técnico era el mismo. Lo llevaron a Sanfilippo y no jugó ni un partido.
–Ah, porque Angelillo, todos esos, se fueron a Europa y jugaron para las selecciones europeas.
–En el 57 fue, sí. A Sanfilippo lo llevaron para venderlo.
–¿Jugaba bien? Porque ahora es insoportable, habla pelotudeces.
–Lo que pasa es que Sanfilippo jugaba porque los que estaban al lado le servían la pelota. Los dos entrealas jugaban para él, el 8 y el 10. Es así. Es lo mismo que cuando estaba Di Stéfano. A Di Stéfano en River le tocaban una pelota adentro del área, y siempre llegaba primero él, de la velocidad que tenía. Tal es así que cuando fue a Huracán, que lo dieron, empezó a hacer lío. Y después descendieron, ja. Y cuando se fueron a Colombia, que fue Cerviño de Independiente, fue… ¿Cómo es? Pedernera… ¿Quién era el otro? De los grandes grandes. Fueron todos, en el 48, que hubo huelga y salió campeón Independiente. Y cuando volvió Di Stéfano a River lo vendieron a los gallegos. Jugó uno, dos partidos, y lo vendieron. Pero para mí, para mí, el más completo de todos los jugadores que haya visto fue Di Stéfano. Hasta en el arco atajó una vez. Estuvo 20 minutos en el arco.
–¿En River?
–Porque se lesionó Carrizo. Le dieron un golpe. Hasta que se recuperó, estuvo 20 minutos.
–Jugaba diferente a Maradona, a Messi.
–El tipo… Corría por todos lados.
–Maradona y Messi juegan más arriba. Era más como Cruyff, que bajaba y arrancaba.
–Es lo mismo que cuando apareció Sívori en River. Sívori, una vez, jugando con Ferro Carril Oeste, pateó una pelota y el de Ferro le puso la planta del pie. Le dio con todo, Sívori ganó la pulseada, y se fracturó el pie. El que jugaba lindo también era Cejas, en Lanús, el 9. En Quilmes, cuando subió en el cincuenta y pico, estaba Paraja, otro 9. Ese también.
–Este jugaba bien también –le digo, ahora, al tío Boris, Boris Yoncheff, 80 años, hijo de búlgaros, mi padrino, gallinón como pocos, cabeceándole al televisor en el comedor de su casa.
–¿Quién?
–El mellizo. Guillermo. No hay muchos que jueguen como él, que era 7, sólo 7.
–No sé si vos sabés cómo jugaban antiguamente. Arriba armaban el 7 y el 11, y el 9. El 8 y el 10 eran los que arrimaban la pelota, y el 5 era el que ordenaba todo el juego. River tenía a los dos 5 de la Selección. Rossi y Rodolfi, Bruno Rodolfi. Era muy buen jugador. También ese duró poco. Y en River apareció un pibe una vez, en la década del 50, Spada. Jugaba un montón. Se lesionó la rodilla y se terminó, no jugó más.
–En esa época una lesión te sacaba.
–Según la lesión. José Manuel Moreno jugó en River, en Boca y en Ferro. Yo lo vi en Ferro. Cuando jugaba en Boca, en el campeonato, Racing tenía un colorado grandote, Rastelli. Y Moreno arriesgó mucho el físico. Moreno era un tipo que volaba. Se tiraba en palomita y se llevaba a todo el mundo por delante. Tal es así que en El Gráfico estaba la mano de Dios… Con Gimnasia: iba volando así, la pelota lo pasaba y la mano acá. ¡Pero clarito clarito! Y dicen la mano de Dios… La mano de Dios es de hace mucho tiempo.
–Maradona no inventó nada.
–Es la segunda mano de Dios. Moreno calzaba 38. En Ferro lo vi. Allá en el Chaco cuando fueron a jugar con la selección de la ciudad. Hacía lo que quería.
–¿Moreno o Di Stéfano?
–Moreno, porque arriesgaba... Pero como jugador jugador, que jugaba en todos lados, Di Stéfano. Moreno fue a México, un año, y cuando vino acá, River jugaba en la cancha de Atlanta; y cuando agarró la pelota el alambrado hizo así, ja… Se metieron todos, se derrumbó todo, suspendieron el partido. Y en un partido con Gimnasia La Plata se armó una trifulca. Lo querían linchar al referí. Y entre Pedernera y Moreno lo metieron al referí al medio: mono que se arrimaba, mono que quedaba culo pa' arriba. Moreno empezó como boxeador, y en cuanto lo noquearon una vez, no quiso saber más nada, ja. Fue a Boca, y lo echaron. Le dijeron que no servía para nada. Le pasó lo mismo que al chileno.
–¿Salas?
–Salas, sí. Hay cosas…
–Y que a Messi, que cuando era chico no lo aceptaron en River.
miércoles, 10 de agosto de 2016
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