"El discurso artístico se vuelve un cuerpo erótico cuyo poder de seducción radicaría en la demanda de una interpretación. Lo oculto, lo prohibido, lo invisible, lo reprimido representan la posibilidad de que el lector o espectador se vea envuelto y seducido por las palabras o imágenes y se aproxime al objeto con el deseo de descubrir el velo, de transgredir la obra y ejercer una violencia para hacerla hablar".
Elena Bossi,
en Húmedo y vertical. Surrealismo erótico,
Eduardo Santellán,
La máquina de coser paisajes,
2010
lunes, 7 de marzo de 2016
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